Anuario de las Cofradías

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1910 - 1919

 

          Retomando los acontecimientos que marcaron el devenir de las Hermandades en la segunda década del Siglo XX, me gustaría hacer un inciso y conjugar un dato aparecido en el anterior capítulo, verificando esta vez sí, la realidad histórica de los hechos ocurridos en las turbas revolucionarias del año 1936.

Dicha referencia se trataba del manto que la Virgen de los Dolores de Benito Hita del Castillo estrenaba en 1906, después de tres años de ejecución por parte del taller de Concepción Dorado –así la cita el rotativo gaditano, mientras Lorenzo Alonso de la Sierra en su obra dedicada a la corporación del barrio de Santa María la apellida Corado- con diseño de Salvador Díaz, con un coste que no superó las dieciséis mil pesetas. Un manto con profusos bordados, de corte sevillano, de estilo decimonónico, y que nunca llegó a lucir la dolorosa de Vasallo, puesto que se perdió junto con prácticamente todo su patrimonio, la dolorosa alusiva de Hita y la excepcional obra de la Roldana, la Magdalena, que acompañó durante muchos años al Nazareno, formando un misterio categórico.

Tras la irremediable pérdida, la cofradía recibió como obsequio, presuntamente de la Sra. de Pemán el actual manto con el que procesiona la Dolorosa de Santa María el Jueves Santo, obra perteneciente al Siglo XIX, y que originariamente podría haber pertenecido, por su estrechez, a alguna Hermandad del Aljarafe, y no a la Hiniesta, como erróneamente se cree. El propio Alonso de la Sierra afirma que se podría haber ejecutado en el taller sevillano de Teresa del Castillo, cuyos bordados se asemejan a los documentados de dicho taller.

           Una vez realizada la puntualización, nos situaremos en la Semana Santa de 1911, que seguía, como así fue en los años precedentes y siguientes, en una situación precaria, a causa del mal estado social-económico, permutado al mundo cofradiero, y que la Junta de Procesiones, dirigida por Cayetano del Toro conseguiría minimizar, que no solventar, la crisis que llevó a Cofradías como Humildad y Paciencia, Buena Muerte, Columna...a no poder efectuar su salida procesional, además de suprimir la ya habitual Procesión Magna, procesión que en 1910 si se efectuaría, como indica Enrique Hormigo, y que se conformaría con los pasos de Afligidos, Ecce-Homo, Piedad, Vera-Cruz, Nazareno, Buena Muerte, la Virgen del Mayor Dolor y la Urna del Santo Entierro, que tenía –ésta última- como residencia canónica desde 1905 la Iglesia de San Agustín.

Retomando el año 1911, las hermandades sufrieron, como relata el cronista de ‘Diario de Cádiz’, las inclemencias del tiempo, no pudiendo salir ninguna el Domingo de Ramos. El lunes conjuntamente lo hicieron Ecce-Homo y Columna “formando un solo cortejo, habida cuenta la amenaza de tormenta”. El miércoles serían Vera-Cruz y las hermandades de Servitas y Piedad, que no pudieron hacerlo en sus respectivos días. El Jueves Santo procesionó el Nazareno y Santo Entierro el Viernes Santo.

La crisis se acentuaría en los siguientes años, en 1912 serían contadas las hermandades que no es que no salieron, sino que ni tan siquiera tenían actividad alguna. Este año, como dato anecdótico, habría que significar el ‘estreno’en la cofradía de la Piedad, del alumbrado de calcileno. Como explica Serafín Pro “produjo excelente efecto por la potencia de luz y porque, dados los casi intermitentes fuertes vientos que azotan Cádiz, la iluminación del paso se hizo perfecta en todo momento, aún cuándo se apagara el alumbrado litúrgico de la cera.”

           Hormigo reseña igualmente a la cofradía de la Salud como única corporación que se funda en 1912. No obstante, cabe la posibilidad que dicha hermandad podría haber constituido en fechas precedentes, concretamente en torno al XVII, no pudiéndose constatar al no existir documentación que pruebe tal erección. Si sabemos, no obstante, que salió procesionalmente en escasas ocasiones unida a la Humildad y Paciencia.

La Hemeroteca en los siguientes años se nos presenta parca en datos referentes a las Hermandades gaditanas, con importantes lagunas informativas. Destacar la salida procesional de la cofradía de la Piedad en la tarde del Miércoles Santo de 1913, debido a las lluvias que obligaron a suspender la salida procesional en el día anterior. Por el propio Serafín Pro sabemos que en 1914 no salió esta cofradía, y que sí lo haría en 1915, aunque en la tarde del Viernes Santo.

Y de las escasas hermandades que sobrevivieron a estos tiempos difíciles, de revueltas sociales y penuria económica, una fue el Nazareno de Santa María, que gracias a sus benefactores, seguiría ampliando su ya extenso y riquísimo patrimonio. En 1914, la imagen de San Juan, también embestido por las turbas del 36 –y atribuido con fundamento por Alonso de la Sierra a Jácome Baccaro-, estrenaba una nueva túnica, al igual que los penitentes de fila, que lucieron nuevas túnicas de raso. El cronista destaca la devoción que el pueblo de Cádiz dispensaba al Señor de Santa María: “Durante el trayecto varios fieles depositaron artísticas coronas de flores naturales en la Cruz del Nazareno, algunas de ellas de extraordinario mérito”. Aparte del Nazareno, tenemos solamente constancia de la salida procesional del Santo Entierro desde San Agustín, dejándonos la prensa de entonces huérfanos de información referente a las cofradías.

 

De 1916 destacar las salidas de las hermandades de Afligidos y Dolores, que lo hicieron conjuntamente durante algunos años. En 1917 hicieron su salida el Domingo de Ramos, acompañados por la Banda del Regimiento de Álava, y definida por el cronista como “modelo de religiosidad”. En este mismo año procesionaría la Vera-Cruz, aplazando su salida para el Jueves Santo a causa de la lluvia, el Nazareno, regocijado por la populosa devoción de los gaditanos, y el Santo Entierro, en la noche del Viernes Santo, que gozaba del patrocinio del Ayuntamiento, que acompañaba al cortejo una vez alcanzaba éste el edificio consistorial.

 

        

Ntro. Padre Jesús de los Afligidos
Archivo personal Jesús Sánchez Pavón

En 1918 la novedad más significativa de los desfiles procesionales fue el cortejo formado por la V.O.T. de Servitas y Nuestro Padre Jesús de los Desamparados, crucificado propiedad de la Orden, que procesionó en el paso del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, cofradía ésta, que perdería la identidad una vez tocado fondo, sumergida en una delicada crisis de hermanos, para adoptar la personalidad que hoy conocemos, donde la austeridad y el recogimiento suponen las señales de identidad de la Cofradía de San Agustín.

Al año siguiente encontramos la salida, después de varios años sin hacerlo, de la Cofradía de la Humildad y Paciencia, en la tarde del Miércoles Santo.

Como el lector podrá apreciar, fue una época de conflictos, crisis y huelgas generales, que influyeron de importante manera a nuestras corporaciones penitenciales.

 


 

Bibliografía:

Hemeroteca "DIARIO DE CÁDIZ".

Datos sobre la Muy Ilustre, Antigua y Venerable Cofradía de la Vera-Cruz. Álvaro Picardo y Gómez. 1946. Imprenta Repeto.

‘Historia de la Venerable, Real y Militar Cofradía de Penitencia del Stmo. Cristo de la Piedad y María Stma. de las Lágrimas de la Ciudad de Cádiz’. Serafín Pro y Ruíz. 1951.

Revista ‘Estandarte’, varios números.

Semana Santa en las Diócesis de Cádiz y Jerez. Enrique Hormigo y J. M. Sánchez Peña. 1988. Ediciones Gemisa. Volumen I.

El Nazareno de Santa María. Cuatro Siglos de Arte en Cádiz. Lorenzo Alonso de la Sierra Fernández. Unicaja. 1991.

La Real Cofradía de Mª Stma. de la Soledad y Entierro de Cristo, fundada en la ciudad de Cádiz. Noticia Histórico-Artística (Siglos XVI al XX). Ángel Mozo Polo. 1993. Artes Gráficas Padura.

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