Ignacio Robles Urbano
La composición del misterio que abriga al Santísimo Cristo de las Aguas es uno de los temas recurrentes a la hora de comentar la configuración de los pasos de nuestra ciudad, y
en concreto una imagen llama la atención sobre manera en esta composición: la de San Longinos a caballo.
El estudio de este misterio se realiza desde la fundación de esta Hermandad allá por los años cuarenta del pasado siglo XX y desde el principio se pensó en esta figura, aunque no fue hasta los años 90 cuando se incorpora finalmente esta iconografía.
Durante décadas numerosas han sido las imágenes que han acompañado al Cristo, bien al Titular primitivo que hoy se conserva en la sede fundacional de San Antonio bajo la advocación del Santísimo Cristo de la Pila, o bien junto a la portentosa talla que ejecutase Francisco Buiza. Habitual ha sido la compañía de la Madre, bien en su advocación Titular de la Luz,
o bien cuando esta pasó a
procesionar bajo palio junto otras imágenes como la Dolorosa que se conserva en el Oratorio Nacional de San Felipe Neri o la actual Virgen de Guadalupe, talla que incluso se estudió sustituir por la Dolorosa que tiene la corporación en la Iglesia del Pilar, bajo la advocación de Madre de la Juventud.
También ha sido habitual la compañía del Discípulo Amado, Titular de la Asociación de Discípulos anexa a la Hermandad, bien en su imagen Titular o la actual realizada por el maestro Buiza y policormada por su seguidor Berlanga de Ávila. Casi
desde los inicios ha sido frecuente
la presencia del ángel alegórico que
recoge la Sangre del Señor. Y
también, durante años formó en el
misterio Santa María Magdalena, con distintas imágenes cedidas o la que realizó para la Hermandad, José Miguel Sánchez Peña.
Actualmente las Reglas de la
corporación indican que junto al
Cristo de las Aguas deben figurar la
Madre, San Juan Apóstol, Santa María
Magdalena (aunque no exista talla
actual), el ángel alegórico y San
Longinos a caballo.
En este artículo nos
vamos a centrar en esta última icona
y las distintas opciones que se
barajaron en la historia de la
Hermandad para su incorporación. La
primera de ellas, a la par que la
más curiosa, data de 1945 donde
encontramos un boceto presentado por
el escultor José Luis Pires
Azcárraga (Cádiz, 1910 - Barcelona,
1989) que presenta un misterio
variopinto que se divide en dos
bloques, la guardia romana delante
del Cristo, donde ya figura Longinos
a caballo y a los pies de la Cruz la
Virgen, San Juan, María Magdalena,
otro de las Marías y José de
Arimatea. El misterio quedó en un mero proyecto del que nada se hizo, pero nos da idea de las primeras ideas de los cofrades de las Aguas.
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Otro intento de incorporar
la talla de Longinos a caballo se
estudia hacia 1971 cuando el
escultor Jesús Santos, tras
restaurar al antiguo Cristo Titular,
hizo un boceto que no pasó de ahí.
Tras ello, la realización de
Longinos se comenta con algunos
imagineros de manera informal, pero
no será hasta la década de los 90
cuando tras el cincuentenario de la
Hermandad se encarga la imagen que
conocemos actualmente y que realiza
Francisco Javier Navarro Moragas
(estrenada en 1995) Esta imagen no
deja de ser objeto de debate por su
tamaño y proporciones que limita la
visión de la portentosa imagen
Titular.
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Con la llegada de un nuevo
Cabildo de Elecciones y la entrada
de una nueva Junta de Gobierno con
nuevas e interesantes ideas, una de
las propuesta es el estudio de la
configuración del misterio y su
necesidad de armonizarlo entorno al
Cristo, sin duda es una idea
interesante y que se antoja
necesaria para que las imágenes que
acompañen al Cristo de las Aguas (y
el San Juan de Buiza) estén acordes
a la categoría de estas. Esperemos
que así sea.
Fuentes:
· Semana Santa de Cádiz, Editorial
Gemisa.
·
Archivo de la Hermandad de las
Aguas. |