Carta Abierta
Por fin termino la Pasión. Esta Pasión que
normalmente dura una Semana, este año para los
hermanos de la Sanidad, del Perdón y en especial
para mi Hermano Mayor Manuel Garrido Serrano, ha
durado 24 días. Los transcurridos entre el
descubrimiento de la desaparición de dos cuadros en
la Santa Iglesia Catedral hasta hoy, no entrando en
valoración alguna del como han aparecido.
Han sido días de silencio, rabia e impotencia, ante
las acusaciones veladas, vertidas en los medios de
comunicación sobre la presunta “negligencia” del
responsable de custodiar la S.I. Catedral durante el
horario de montaje de los pasos en Semana Santa.
Acusaciones sin fundamento, amparadas bajo la figura
del “secreto periodístico”; el TC en numerosas
sentencias ha declarado que el derecho a la
información goza de preferencia frente a los
derechos de honor, intimidad y la propia imagen, así
también lo regula nuestra Constitución y nuestro
Código Penal.
Muchas veces, como es el caso que nos ocupa, la
fuente de información utiliza al periodista para
favorecer su interés en divulgarlas, convirtiéndose
el periodista en objeto de engranaje de otras
voluntades, y en un instrumento del proceso
informador que utiliza el secreto periodístico para
exculparse de los hechos de los que acusa.
No sé quien fue la fuente de información para el
articulo de Pablo M. Durio el pasado día 16 de abril
en Diario de Cádiz, (desde luego alguien de dentro
de la Catedral), lo que sí se es que el interés de
su informante era desviar la atención acusando a los
cofrades de su negligencia; con esto no quiero que
se me mal interprete, para nada quiero matar al
mensajero, pero creo que una información de ese
calado debería de contrastarse (con una simple
llamada hubiera obtenido la otra versión) antes de
poner en duda el honor de un Gran Cofrade.
Desde ese
día estuve meditando en contestar esas acusaciones,
ya que teníamos pruebas de que la sustracción no se
había producido dentro de los horarios que nos
asignaron. Gracias a unas fotografías de todas las
capillas tomadas en la tarde-noche del jueves de
pasión por Sebastián Garrido, en una de ellas se
observa como permanecía colgado el cuadro que fue
descubierto detrás del confesionario de la propia
capilla; pero opte por no hacer pública esa
información para no entorpecer la investigación, ya
que dichas fotografías fueron aportadas a los
agentes de la Policía Nacional como pruebas.
Testimonio grafico que nos eximia de cualquier duda,
ya que el viernes de Dolores solo estuvimos las dos
horas que nos habilitaron para la visita a las
Imágenes, cerrando la misma el personal de Catedral
y volviendo a la Catedral en la noche del Miércoles
Santo para montar las flores.
Quiero desde aquí agradecer todas las muestras de
solidaridad que ha recibido mi Hermano Mayor, en
especial de nuestro Director Espiritual y del Deán
de la Catedral (al Cesar lo que es del Cesar). Y
pongo especial énfasis en las palabras de apoyo del
Padre Arroyo ya que aun estando en total desacuerdo
con alguna de sus actuaciones, voy a actuar
contracorriente agradeciéndole su actuación en este
asunto, obrar de otra forma no sería de buen
cofrade. Amén del trato recibido por parte del
Cabildo y del personal durante nuestra estancia en
la Catedral, que ha sido exquisito.
Para terminar, quiero que estas líneas escritas
desde el PERDON sirvan para todos los que han tenido
una actitud malintencionada con este asunto,
reflexionen y a su vez confortar a un Gran Cofrade,
a mi Ídolo, a mi Hermano Mayor, al que hace 15 años
en un acto le di las gracias públicamente y hoy
vuelvo hacerlo por convertirme en lo que soy; un
cofrade del Perdón y un Garrido. Gracias Papa.
Manuel José Garrido López. Fiscal de la Cofradía del
Perdón