Si algo es absolutamente irrebatible es la
excesiva lentitud en el paso de una cofradía,
cerca de una hora para ciento cincuenta penitentes
y dos pasos nos parece exagerado. No estamos
buscando la excusa perfecta para hacer campaña de
otras formas de carga, por supuesto que no tenemos
interés en perder una de nuestras señas de
identidad, pero es inadmisible que cuanto más
pasan los años, más tardan las cofradías en
discurrir su itinerario, y que a este defecto se
le debe poner solución.
Para comprender esta afirmación, y complementar el
artículo publicado referente a la participación
nazarena en los cortejos, queremos presentar un
pequeño estudio comparativo de las hermandades que
hicieron el pasado 2017 un callejero, si no
idéntico al menos similar, al año 1977, con el
objeto de que sea lo más veraz posible. Cuarenta
años nos bastan para ver la involución que se ha
llevado a cabo en este sentido. Aunque se trabaje
mejor la forma de llevar de los pasos. Queremos
demostrar que se puede cumplimentar el recorrido
previsto en menos tiempo, o, incluso, ampliar el
itinerario con nuevas calles en las mismas horas
que lo hacen hoy día. Eso sí, hay que tener en
cuenta en este estudio la no entrada en la
Catedral, con lo que al tiempo de diferencia entre
ambas fechas habría que aplicarle una media hora
aproximadamente que necesita una hermandad en
hacer la Estación Penitencial en la Seo
Catedralicia.
Borriquita salía del Carmen, ahora de San José, y
Despojado no estaba ni en la imaginación de los
cofrades. La Cena salía a las siete y
entraba a la una, media hora más que el año
pasado. Las Penas de San Lorenzo efectuaba su
salida a las siete y media de la tarde y se
recogía a las doce de la noche, cuatro horas y
media. En 2017 salió tres horas antes para
recogerse tres cuartos de hora antes. Hablamos de
dos horas y cuarto más si bien es cierto que tuvo
que llegar por el Pópulo para entrar por Pelota.
Humildad y Paciencia salió en 1977 hora y cuarenta
minutos más tarde, y entraba tres cuartos de hora
después, por lo que también ha añadido tiempo y
recortado recorrido ( entonces tomaba San José y
Plaza de Mina).
Para entender las vueltas que ha dado nuestra
Semana Santa, nos basta el botón del Lunes Santo.
La Palma entonces entraba la tercera, igual que
ahora, pero no estaba Prendimiento, y Vera-Cruz
continuaba a Nazareno del Amor. La hermandad
viñera salía a las seis -dos horas y cuarto
después- y entraba una hora y cuarenta y cinco
minutos más tarde, con el añadido de hacer
Estación en el antiguo Hospital de Mora y
transitar a la vera de la Playa de la Caleta, en
una estampa imborrable para aquellos que la
pudimos conocer. Y todo sin ser ésta una cofradía
'sospechosa' de ser lenta en la calle, pero que al
fin y al cabo, también se debe a los tiempos de
paso en la Carrera Oficial.
Curiosamente, el Nazareno del Amor tardó el mismo
tiempo en efectuar su itinerario previsto saliendo
y entrando una hora más tarde, pero con la
salvedad que en aquellos tiempos la cofradía salía
dirección Alameda Apodaca para pasar junto al
monumento a San Francisco Javier, y recorrer la
Plaza Argüelles, Manuel Rancés y Beato Diego hasta
volver a alcanzar San Francisco. Casi nada, y en
los mismos tiempos que 2017. Vera Cruz es de las
pocas que se mantienen, contando, eso si, que su
recorrido difiere del actual, saliendo entonces
hacia Tinte, Mina, San José, Hospital de Mujeres,
Topete, Columela y Palillero y volviendo de nuevo
por San Antonio, Presidente Rivadavia, San José,
Plaza Mina y Tinte.
El Martes Santo se puede decir que puede ser una
de las jornadas que más se ha ralentizado conforme
han pasado los años. Jesús Caído la excluimos de
la comparativa por su cambio provisional de sede.
Ojo a Piedad, que salía a las ocho y cuarto, dos
horas y media más tarde, y entraba a la misma
hora. Es verdad que su recorrido dista del actual,
llegando al Palillero por Compañía y Columela, y
volviendo por Zaragoza, Cervantes, Gaspar del
Pino, San Miguel, Barrié y de nuevo Topete y
Compañía. Pero no olvidemos que también todas
llegaban hasta la Plaza de San Antonio. Columna
salía cuarenta minutos más tarde y se recogía diez
minutos después, pero su recorrido tenía un
añadido, se adentraba por Zaragoza, Cervantes,
Benjumeda, y rodeaba la Plaza de San Antonio, para
tomar Presidente Rivadavia. Ecce Homo, con
itinerario muy similar, ponía la Cruz de Guía en
la calle a las ocho, dos horas después, y entraba
veinte minutos después. Sanidad en 1977 no
procesionó, al año siguiente salió a las doce de
la noche del Viernes Santo y entraba a las cuatro,
en 2017 fueron seis horas y cuarto. En definitiva,
la mayoría amplían una media de dos horas su
estancia por las calles de la urbe gaditana.
Ya en el Miércoles Santo, las Aguas tampoco la
valoraremos por el cambio de Iglesia de salida,
Sentencia Sale una hora antes y se recoge media
después, Cigarreras, de salir a las nueve menos
cuarto entonces, veinte años más tarde lo hace a
las cinco, casi cuatro horas antes, y se recoge
sesenta minutos más temprano. Tres horas más para
hacer exactamente el mismo recorrido. Angustias
que tampoco ha tocado su itinerario en estas
cuatro décadas, salía a las nueve y cuarto para
entrar a la una y media, por lo que también suma
añadido, lógico por llevar a las otras tres
corporaciones delante una buena parte del
recorrido.
LLegamos al Jueves Santo. Huerto salía una hora
después pero se recogía en la Catedral a la una de
la madrugada. Afligidos tampoco es valorable,
entonces tomaba la antígua Cruz Verde para salir a
la Plaza Libertad, Topete y Columela, saliendo a
las nueve y recogiéndose a las dos,
aproximadamente el mismo tiempo que está hoy día
en la calle. Y Jesús Nazareno, que salía media
hora más tarde, y se recogía, según el horario
previsto, a las cuatro, hora y media antes que
ahora. Por lo tanto, dos horas más en un
itinerario con pocas diferencias al del pasado
año. Medinaceli, sale dos horas y cinco antes, y
entra hora y media después. Es cierto que ni a la
salida ni al regreso tomaba el barrio, pasando
entonces por el mítico Arco de la Rosa, pero
entendemos que duplicar el horario en la calle nos
parece cuanto menos llamativo. ¿Puede ser la causa
de la bajada ostensible de su acompañamiento?
Juzguen ustedes. Descendimiento salía en 1977 en
la noche del Viernes Santo a las nueve y media,
entrando a las dos y media de la madrugada, cinco
horas, las mismas que ahora, pero llegando a
Palillero por Columela, y regresando a San Lorenzo
tras pasar por Torre, Moreno de Mora, Pastora,
Plaza Tío de la Tiza, Cardoso, etc. Perdón no
salió en 2017, pero sus horarios ya sabemos que se
han mantenido casi intactos en su historia,
saliendo a las tres y entrando en torno a las
nueve.
El Viernes Santo no podemos valorar a Siete
Palabras, aún no reorganizada, y Servitas, ya en
vísperas, Expiración salía a las siete y
entraba a la una menos cuarto desde la Castrense,
una hora más estuvo el pasado año, pero saliendo
desde Santa María. Buena Muerte es otra de las
excepciones, salía en 1977 hora y cuarto antes, y
entraba una hora antes, por tanto, sin apenas
variación. Ecce Mater Tua aunque ha variado su
recorrido en varias ocasiones, viene a estar más o
menos unas tres horas.
El Sábado Santo, Santo Entierro salía tres horas
después, para entrar sólo tres cuartos de hora
después, teniendo como variantes su salida hacia
Arquitecto Acero y tomando Compañía y Columela
para llegar al Palillero.
En definitiva, muchas de nuestras corporaciones
penitenciales han ido añadiendo minutos a lo largo
de estas cuatro décadas con pocas variaciones en
metraje, algunas incluso con recorridos mucho más
amplios necesitaban de menos tiempo que en la
actualidad y otras, las más llamativas, con
itinerarios casi idénticos recurren a horas extras
en comparación a otros tiempos. Razones se nos
antojan pocas: ahora las esquinas se toman con más
tranquilidad, y se tiende a caminar cada vez menos
a paso tambor, con lo que ganar metros sin
interpretación musical es algo que ya no
contemplan fiscalías, para mejoría de la estética
pero que confiere avanzar con más lentitud. Sumen
a ello las paradas interminables, y sus propias
conclusiones.
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