Gema Freire Martell, periodista.
En Cádiz empezó todo y aquí es donde deben comenzar los actos con motivo del 25 aniversario del traslado a Córdoba de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes. Así lo han considerado los hermanos de la Hermandad cordobesa del Domingo de Ramos quienes, de esta manera, buscan rendir un discreto pero sentido homenaje al Primitivo Grupo de Devotos de Cádiz por el amor incondicional que en todo momento han profesado hacia El Silencio, desde mucho antes de que la talla se convirtiera en realidad.
La Imagen, obra del polifacético artista de San Roque, Luis Ortega Bru, llegó a la ciudad de los califas un 25 de septiembre de 1991. Una talla encargada por cofrades gaditanos y que nunca llegó a formar parte del patrimonio de una hermandad de la capital porque su historia es una muestra más de que Dios escribe recto en renglones torcidos. Tenía que acabar en Córdoba y los acontecimientos se sucedieron de tal manera que así fue.
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La imagen del Señor del
Silencio, obra de Ortega Bru |
A modo de resumen bastante breve se puede decir que la talla fue encargada por la Junta de Gobierno de la Hermandad de las Penas de los años 70. No obstante, esta imagen nunca llegó a convertirse en titular de la cofradía porque el cabildo de hermanos descartó por un sólo voto que la talla sustituyese a la que ya tenían, de una calidad bastante inferior y que al final, con el paso de los años, terminó por cambiarse por otra de Luis Álvarez Duarte.
Lejos de tirar la toalla, parte de ese grupo joven se desvinculó de la hermandad y siguió adelante con el proyecto. El Cristo, pagado con los pocos dinerillos de un grupo de jóvenes adolescentes, llegó a Cádiz en noviembre de 1980, sin una Iglesia donde recibir culto, algo que tampoco fue un freno para el Grupo de Devotos, que adecentó su sede de la calle Benjumeda para que el Señor pudiese estar en las mejores condiciones posibles. Con el paso de los meses, fue tanta la devoción que el Señor despertó en vecinos (e incluso en sacerdotes) que el párroco de San Antonio, Vicente Gaona, propuso a sus devotos que la talla ocupase un altar en su Iglesia. Y así fue.
El Señor se bendijo en el patio de San Antonio un año exacto después de su llegada a Cádiz, el 22 de noviembre de 1981 (festividad de Cristo Rey), y desde entonces, el grupo se involucró de lleno en la vida de la parroquia. Fueron míticos los cinco Via Crucis que Nuestro Padre Jesús del Silencio protagonizó en la tarde-noche del Viernes de Dolores (1983-1987) por las calles de la feligresía de San Antonio.
Pero cambió el párroco y las ilusiones del grupo se vinieron abajo. El padre Enrique Arroyo no tenía la menor intención de que de ahí germinase una cofradía, como tampoco la tenía el Obispado. De ahí que se fueran aprobando una serie de decretos hechos como un traje a medida para que el Silencio nunca llegase a convertirse en hermandad.
A todo esto, los devotos tenían un compromiso con Luis Ortega Bru que pensaban cumplir a rajatabla: que el Cristo fuera titular de una cofradía. Ese acuerdo no escrito fue lo que hizo que el grupo buscase la mejor solución para el Señor. Dada la calidad artística de la talla, al grupo no le faltaron ofrecimientos, procedentes de distintos puntos de la geografía andaluza, e incluso de la misma capital gaditana, pero ninguna llegó a cuajar, hasta que Fray Ricardo de Córdoba les habló del interés de la Hermandad del Amor, que fue la que finalmente prosperó.
Desde el año 1992 El Silencio procesiona todos los años el Domingo de Ramos por las calles cordobesas y desde entonces un buen número de devotos gaditanos continúa acompañándolo. En Córdoba sigue siendo el Señor de Cádiz, y Cádiz nunca ha dejado al Silencio sólo y por ese motivo, los actos conmemorativos de su traslado comenzarán en la capital gaditana con una Eucaristía de Acción de Gracias que se celebrará el próximo 25 de septiembre a las 13:30 horas. Durante el transcurso de la misa se procederá a la bendición del cuadro a tamaño natural realizado por el pintor gaditano Antonio Álvarez del Pino, quien se ha convertido en el asesor artístico de esta efemérides y que, dentro de los actos, ofrecerá una conferencia sobre Luis Ortega Bru en la Asociación de la Prensa de Cádiz, el próximo 14 de octubre. Cabe apuntar que el cuadro también tendrá Córdoba como destino ya que ocupará un lugar destacado en la Iglesia de San José Obrero, donde tiene su sede canónica la Hermandad del Amor. Además, la pintura será la que ilustre el cartel anunciador de la conmemoración.
Al término de la misa los hermanos de Córdoba y Cádiz compartirán un almuerzo de convivencia.
A partir de noviembre los actos continuarán el Córdoba. De hecho, el epicentro de la celebración tendrá lugar el 19 de noviembre, cuando la imagen sea traslada por la tarde en parihuela hasta la Catedral cordobesa para presidir un Pontifical. La vuelta se efectuará ese mismo día tras la misa para que el domingo 20 de noviembre, Festividad de Cristo Rey, el Señor quede expuesto en su Iglesia en ceremonia de Solemne Besamanos durante toda la jornada.
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