Para situarnos
en 1991, recordamos, por ejemplo, que las
hermandades de La Piedad y Nazareno estrenaron
paso de misterio, la Virgen de Buen Fin el manto
de salida granate y en la nómina de hermanos
mayores estaban los reconocidos José Blas
Fernández en Piedad, Alfonso Caravaca en
Sentencia, Antonio Lucero en la Palma y José Luis
Suárez en el Nazareno, entre otros. Algunas
juntas de gobierno apenas han cambiado en sus
principales cargos dos décadas después, y el
Presidente ya era entonces el infatigable Rafael
Corbacho.
Hablaremos a partir de ahora de dos cifras, de dos
fechas claves en nuestro estudio, 1991 y 2010. A
diferencia de lo que puedan pensar los cofrades
amantes de la estadística, sólo cuatro
hermandades han aumentado desde aquel año sus
filas nazarenas: Expiración, que es la que más
ha crecido, de 135 a 200 hermanos de fila, Vera
Cruz tenía 190 y ahora dispone 220 penitentes,
Piedad que ha pasado de 150 a 180 nazarenos y las
Aguas, que ha aumentado en 5 integrantes, de 225 a
230.
El caso más curioso es el de la Sagrada Cena, que
mantiene los mismos 180 penitentes de 1991, aunque
durante estos veinte años han tenido épocas de
aumento y reducción del cortejo -ahora, en este
caso, vive un momento de auge-
El siguiente grupo de hermandades se han mantenido
en una horquilla similar, con pequeñas pérdidas
que no pueden catalogarse de importantes:
Angustias, sólo pierde 6, de 231 a 225, Buena
Muerte, una decena, de 180 a 170, Servitas
disminuye en 15, de 120 a 105 siervos, Cigarreras,
de 270 a 250 hermanos, Afligidos, de 200 a 172,
Sanidad, de 154 a 120, Prendimiento, de 190 a 138
nazarenos, Nazareno del Amor, que de los 346 han
pasado a los 300, Sentencia, que de 300 han pasado
a procesionar 250 y Siete Palabras, que si bien ha
perdido 45 hermanos de fila, el que se haya
quedado de 120 en 75 penitentes, la conduce a su
integración en el grupo que denominaremos
cofradías con 'sangría' penitencial, al igual
que la Soledad, con 200 integrantes con hábito en
1991, y que ha pasado a 145 en 2010.
La otra mitad de las cofradías si han tenido
lastimosamente pérdidas más relevantes, aunque
un primer grupo lo conformarán las que han
reducido en menor cuantía sus filas nazarenas.
Las Penas, de 200 a 140 hermanos, Ecce-Homo, de
180 a 115, Jesús Atado a la Columna, de 230 a 160
penitentes, La Palma, de 300 a 220 integrantes, y
las que han disminuido en un centenar de hermanos
en el cortejo, Oración en el Huerto, de 300 a
200, Caído, de 350 a 250, la Congregación
Ecce-Mater Tua, de 400 a 300 (quizás sea
actualmente el cortejo más amplio de la Semana
Santa, y curiosamente fuera de la nómina de
hermandades y cofradías), y la más hiriente,
Descendimiento, de 180 a 80 hermanos.
A partir de aquí, los números negativos son
mareantes en algunos casos. No obstante, algunas
de las hermandades continúan presentando en la
salida procesional dignísimos cortejos, aunque
hayan perdido numerosos nazarenos en las
respectivas comitivas. El Perdón, de 300
hermanos, saca 145 en la actualidad, La Paz, de
los 450 han pasado a procesionar 275, Humildad y
Paciencia, de 400 a 220, y cierran curiosamente
las dos hermandades que más arraigo y devoción
arrastran, Nazareno, de 350 a 150 hermanos, y Medinaceli, de 600 a 170
-nada menos que 430 hermanos han desaparecido de
sus filas-. En total, 2016 penitentes
menos, a los que evidentemente habría que restar
los 120 del Despojado.
Si bien se ha reducido la población de manera
importante, sobre todo en el centro de la ciudad,
donde radican la gran mayoría de las
corporaciones, y algunas de ellas han resentido
los horarios tardíos, habría que estudiar con
calma cuáles son las causas que han llevado a
más de 2000 cofrades a no vestir el hábito de su
hermandad. Muchos ya no están con nosotros. Otros
se han marchado de la ciudad. Un buen número ha
pasado de la actividad frenética de todo un año
a la pasividad de ser un mero espectador. Otros
vestirán hábitos de hermandades en otras
localidades que no viven y sienten desde su
infancia y adolescencia, y sin embargo renuncian a
la suya de pequeño, con la que han crecido
cofradieramente...
Quizás una solución esté en arrimarse más a
los hermanos de número, a aquellos que no se
asoman durante el año por la casa hermandad -sus
razones tendrán- y que posiblemente necesiten un
empuje para que participen y se involucren. Por
buen camino va la Sagrada Cena, que acerca a los
colegios los interiores de la hermandad, y que
motivan a los suyos a participar vistiendo el
hábito. Otras viven en el ostracismo y de
subvenciones, sin darse cuenta que 'sangran' por
dónde más duele.
Como comentario final, animamos desde aquí a
todos los cofrades que dejaron su túnica en el
desván del olvido a que la recuperen, a que la
vistan con orgullo, a que sean partícipes de esta
fascinante manifestación religiosa, a que podamos
hacernos notar más. Se lo dice un hermano que,
orgulloso, cumplirá en la Semana Santa de 2011
veinticinco años con su hábito y su cirio
delante del Señor de la Humildad y Paciencia. ¡COFRADE,
VISTE TU HÁBITO!
Cádiz
Cofrade. Jesús Manuel Sánchez Pavón. Marzo de
2011 |