El Consejo Local de Hermandades y Cofradías anunció el pasado 19 de septiembre de 2024 al cofrade Miguel Ángel Sastre Uyá como encargado de realizar el Pregón de la Semana Santa de 2025. Sastre Uyá es arquitecto, ejerciendo actualmente como diputado nacional en el Congreso por el Partico Popular, es hermano de la Cofradía de la Humildad y Paciencia, de la Vera+Cruz, Ecce-Homo, Buena Muerte y de Servitas.

Antes de su encuentro con los cofrades en el Gran Teatro Falla el Domingo de Pasión, entrevistamos al pregonero, para conocer sus impresiones tras su nombramiento y como encara este acto central de la Cuaresma gaditana.   

  
 

1. Suena el teléfono y el presidente del Consejo Local de HHCC le propone su nombramiento como pregonero de la Semana Santa de 2025. ¿Qué siente? ¿Cómo reacciona?

Sentí vértigo y unos breves instantes de duda, pero sólo instantes, porque casi inmediatamente tuve una cosa clara. Si la vida, y en este caso Dios, me daba en este momento la oportunidad, debía aceptarlo, porque un honor tan grande no sabes, si lo pospones, si alguna vez vas a volver a poder tenerlo, porque las circunstancias de tu vida pueden cambiar.

 2. Resúmanos su trayectoria cofrade.

Mi trayectoria como cofrade es también, de alguna manera, mi trayectoria como persona, como ser humano. Porque yo nazco justamente en una madrugada del 1996 de jueves a viernes santo, lo cual hace que mi vida vaya directamente ligada a la Semana Santa. Pero si entramos en mi trayectoria, en lo que yo he vivido como cofrade, más allá de esa anécdota, mis inicios comienzan en la Hermandad de Humildad y Paciencia, que acumula los recuerdos de mi infancia. Ahí donde salí por primera vez como penitente con túnica morada y capa amarilla en el Cristo de la Humildad y Paciencia, aunque ahora sea el burdeos o granate lo que lleve cada Domingo de Ramos con la Virgen de la Amargura. Mi primera túnica fue esa, de raso y, además, heredada de otra persona. Esos son mis inicios, muy ligados también a la Parroquia San Agustín, mi parroquia. Desde muy pequeño, mi madre me hizo hermano de las dos hermandades de allí: Humildad y Paciencia y de Buena Muerte.

En Buena Muerte, fue donde experimenté por primera vez la Vida de hermandad cuando comencé a salir el viernes de “dalmática”, es decir, pequeños monaguillos que acompañan al cuerpo de acólitos. Luego pasé a ser acólito y a tener vida activa dentro de la hermandad y del Grupo Joven. Mi primera etapa como cofrade se desarrolla, por tanto, en Buena Muerte, pero al poco tiempo, por amistades y devoción, me hice hermano de Ecce-Homo y también de Vera+Cruz. Mi adolescencia y primera juventud estuvieron muy ligadas a ésta última y al Convento de San Francisco. Una etapa que me hizo crecer en la fe, personal y humanamente. Fui madurando como cofrade y aprendí del día a día de la priostía y la mayordomía de las hermandades, pero especialmente en el ámbito del servicio de altar y como acólito. Finalmente, en la etapa de la universidad y con el cambio al Viernes de Dolores, por devoción y también por amistades comunes, me hice hermano de la orden de Servitas.

En los últimos años, aunque sigo vistiendo el hábito cada Domingo de Ramos y sigo saliendo de acólito en Viernes de Dolores, Lunes Santo y Viernes Santo, en el último tiempo, mi actividad como cofrade también ha estado muy ligada a los medios de comunicación, que aunque no sea mi profesión, es una de mis vocaciones. Tengo la suerte de colaborar tanto en radio, con Canal Sur, como con distintas televisiones locales. Esto hace que haya empezado a vivir la Semana Santa desde una perspectiva distinta, y parece que el hecho de ser hermano de Ecce-Homo encaja perfectamente, al ser una hermandad con tradición de comunicadores, con esta nueva manera de vivir la Semana Santa. Por lo tanto, no creo que sea casual esa vocación. Estoy convencido que Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo y San Francisco de Sales, que acompaña a la Virgen de las Angustias en el respiradero del paso han tenido algo que ver.

Si tuviese que hablar de algo que tengo pendiente, sería el ámbito de la carga. Aunque sí he probado la carga en ensayos y traslados, me gustaría en algún momento hacer estación de penitencia cargando, algo que nunca he hecho. Lo tengo pendiente, y eso lo sabe personalmente el Capataz de mi Cristo de la Buena Muerte. Me encantaría cargar alguna vez el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, porque me han dicho que es una manera muy especial de vivir la estación de penitencia, pero por la vida tan peculiar que llevo no he podido ir a ensayos para intentar entrar en la cuadrilla.

3. Y ahora Pregonero de la Semana Santa de su ciudad ¿qué experiencia tiene en los atriles?

En parte, tengo algo de experiencia, porque mi trayectoria personal, aunque mi profesión sea la de arquitecto, en el último tiempo ha estado muy ligada a la política. De hecho, como bien sabe todo el mundo, mi actividad profesional se centra desde hace un año y medio en representar a la provincia de Cádiz en el Congreso de los Diputados. Entonces, indudablemente, mi vida está muy ligada a los atriles. También, previamente, uno de mis “hobbies” había sido el debate académico y actividades relacionadas con él. He participado en muchas actividades relacionadas con los “atriles”, por lo que tenía experiencia pero en el mundo, llamémoslo así, pagano.

Sin embargo, como pregonero tengo menos. Hace seis años me estrené como pregonero y, desde entonces, sí he tenido la oportunidad de dar solo dos pregones, distintos entre sí, pero muy especiales: el pregón de la Juventud Cofrade, en 2018, y recientemente el pregón de la Virgen de la Amargura, mi Virgen de la infancia, en 2023. Dos experiencias muy bonitas, y que son la base, en parte, de este pregón al que me enfrentaré el día 6 de abril en el Teatro Falla.

4. Algún detalle que pueda adelantarnos de su Pregón.

Pues podría adelantar que va a ser un pregón que no es cronológicamente lineal. Tiene una parte que sí habla de la Semana Santa de manera cronológica y temporal, pero no se centra en ir día por día de la semana, sino que va abordando ideas distintas que se relacionan con hermandades y situaciones de la ciudad de Cádiz. Todas estas ideas tienen un sentido conjunto que, para mí, es hablar de la Semana Santa como un tesoro de la fe y como algo que tenemos que cuidar. Y para que se cuide y funcione bien, considero que hay una serie de elementos que son indispensables que “construyamos” para que eso ocurra.

5. ¿Tiene el Pregón de la Semana Santa de Cádiz la relevancia que merece?

Tiene una relevancia importante, pero quizás deberíamos trabajar para que tenga aún más. Y eso es tarea de todos: por parte de las instituciones, del Consejo de Hermandades, pero también por parte de los propios habitantes, especialmente de los que se hacen llamar cofrades. Creo que todos, dentro de nuestras posibilidades lo estamos intentando.

Para mí, la manera de darle la relevancia necesaria es hacer del Día del Pregón un “aperitivo” de la Semana Santa. El Día del Pregón tendría que ser un día más de nuestra Semana Santa, el culmen de toda una cuaresma, y debería vivirse prácticamente con la intensidad y las tradiciones que vivimos, por ejemplo, un Domingo de Ramos. Aunque el Domingo de Ramos sea para nuestras vidas un día único y especial, el Domingo de Pasión debería vivirse también como un día grande de la ciudad de Cádiz.

Eso implica asistir al Pregón y también acompañar a las distintas hermandades como cofrades en los distintos actos que hay en la ciudad ese día, entre ellos, por ejemplo, uno de los actos más bonitos que tiene la Semana Santa de Cádiz: la subida del Santísimo Cristo de la Veracruz a su paso, el traslado.

6. ¿Cómo vivirá el pregonero la Cuaresma y Semana Santa de 2025?

En realidad, para mí, la Cuaresma ya ha comenzado. Empezó el mismo día que me nombraron pregonero. Creo que voy a intentar vivir, sobre todo ya a partir del mes de enero, con muchísima intensidad todo lo relacionado con este momento, para que, cuando todo esto acabe, lo haya disfrutado plenamente y no tenga ningún tipo de pena o de sensación de haberme dejado algo en el tintero.

En cuanto a lo que es la Semana Santa, no sé exactamente qué tendrá el Consejo preparado para mí en esa semana ni cuál será la agenda que tendré que cumplir como pregonero. Sin embargo, en la medida de lo posible, me gustaría también vivir la Semana Santa como lo he hecho hasta ahora, participando, en la medida que sea posible, en las hermandades que forman parte de mi trayectoria vital.

7. Bajo su punto de vista ¿en qué situación se encuentra la Semana Santa de Cádiz?

 La Semana Santa de Cádiz está en un buen momento, en una tendencia ascendente, y progresa adecuadamente. Esto significa que no está todo hecho, ni mucho menos, pero si comparamos nuestra Semana Santa con la etapa en la que yo nací, podemos decir que ha experimentado una evolución, sobre todo estética, bastante positiva.

Esto nos da esperanza para seguir mejorando. Evidentemente, hay mucho trabajo por hacer, todos debemos poner empeño, pero la Semana Santa de Cádiz se encuentra actualmente en un buen estado de forma. Eso sí, no podemos relajarnos, y debemos seguir cuidándola y esforzándonos por su desarrollo.

8. ¿Qué mejoraría Miguel Ángel Sastre de nuestra Semana Mayor?

Seguramente haya muchas cosas que mejorar, porque aunque la Semana Santa tiene un componente de fe y un componente casi divino, al final son los seres humanos los que nos encargamos de que exista y se mantenga en el tiempo. Y en todo lo que el ser humano interviene siempre hay una parte imperfecta que es susceptible de mejora.

En mi caso, yo mejoraría todo lo relacionado con el ambiente que se produce en torno a la Semana Santa y, específicamente, cuando una procesión pasa. Aunque esto ha mejorado mucho, creo que el ambiente de recogimiento, el comportamiento en la calle del público, y cómo la ciudad se engalana para la ocasión son aspectos que aún tenemos pendientes. Tanto a nivel individual, como ciudadanos, como en el marco urbano de la ciudad, debemos trabajar en ello.

Creo que esto debe empezar por las propias cofradías, para que todos seamos conscientes de la importancia de esa semana. Esa semana es fundamental para entender cómo funciona la ciudad y su identidad. A mí siempre me gusta que, cuando una hermandad pasa, se note que es un momento especial, no simplemente un espectáculo. Es algo que va mucho más allá, y para ello debemos ser conscientes de qué significa cada elemento, entender la música que suena, el valor patrimonial que tiene, y, por tanto, saber callarnos y escucharla.

El reto de la Semana Santa de Cádiz está en entender que lo que tenemos entre manos es un tesoro incalculable, y que, por ello, debemos cuidarlo como tal.