La magnánima labor del
obispo Armengual de la Mota (1717-1730) fue enorme en
la ciudad en su siglo de oro. Y no podía el ilustrado
epíscopo dejar de levantar un templo dignísimo en
honor de su santo patrono San Lorenzo, sino que
también quiso poner el mismo bajo la advocación de
Ntra. Sra. del Pilar de Zaragoza, para lo que se
coloca la primera piedra en 1722 y se concluye en
1725, lo que sería y es una de las más bellas iglesias
gaditanas. Fue su maestro mayor Juan Agustín López
Algarín, que traza un templo de una sola nave con
capillas adosadas y crucero poco acusado que, por el
exterior, presenta torre con chapitel de azulejos
sevillanos del XVIII. La portada principal, tiene otra
que da a la calle Armengual, muy vertical, ostenta en
la hornacina la escultura en mármol del santo oscense.
Su interior es elegante y
muy bien decorado a base de magníficos retablos entre
el que destaca el mayor, una grandiosa máquina donde
el estípite tiene un gran protagonismo. Se comenzó
este inmejorable retablo en 1727 por el escultor
Francisco López, pero en él siempre han visto los
expertos la mano y el estilo del gran Jerónimo Balbás.
La imaginería es en parte
obra de José Montes de Oca (¿1668?-1748) según Ceán
Bermúdez y 1675-81-1754, según si biógrafo Antonio
Torrejón Díaz, en las esculturas de los apóstoles
Santiago y Andrés que realiza en 1728. la imagen del
titular, el mártir San Lorenzo, es –según los hermanos
Alonso de la Sierra- una obra de Miguel de Tamaras de
1725, mientras que la Trinidad que se cobija en el
ático sea tal vez una obra asignable a los genoveses
del XVIII.
A los lados de este
magnífico por todos los conceptos retablo mayor, el
mejor de cuantos existen en Cádiz según don César
Pemán, están los ángeles lampareros que hizo Antonio
Molinari (1717-1756) en 1753.
En otros retablos existen
obras de Montes de Oca, Peter de Relling (1667-1728)
–el grupo incomparable de los Afligidos que hizo el
flamenco en 1726- un San José debido a Antonio
Molinari, igualmente, esculturas de Luis Álvarez
Duarte (Sevilla, 1950) –Jesús de las Penas- y de
Francisco Buiza Fernández (1923-1985) –parte del grupo
del Descendimiento- y una Virgen Milagrosa de Luis
Ortega Brú (1916-1982).
Mención aparte merece la
capilla dedicada a la Virgen del Pilar con un elegante
retablo en el que se cobija la titular y a los lados,
las imágenes de los santos Jerónimo y Francisco de
Asís; éstos originales del genovés Antón maría
Maragliano (1664-1739).
Ocupando gran parte del
lateral derecho del templo parroquial, está la hermosa
capilla de la V.O.T. de Servitas Esclavos de la Virgen
de los Dolores, orden fundada en Cádiz en 1727 que da
culto a la impresionante Dolorosa que cada vez con más
fundamentos los investigadores atribuyen a Francesco
Galleano (1713-1753) por la similitud que guarda con
otras imágenes de él conservadas entre nosotros.
El retablo de la capilla es
una obra del tallista gaditano del XIX, Juan Rosado,
bendecido en febrero de 1879. Esta gran capilla se
bendijo el día 25 de marzo de 1774, colocándose el
Santísimo en el sagrario de la misma el día 17 de
enero de 1858.
Los servitas gaditanos,
entre el numeroso y rico patrimonio que conservan,
guardan una valiosa cabeza del evangelista San Juan
debida al genovés Francesco María Maggio (1705-1780)
Cuando se construyó el
templo de San Lorenzo, el pueblo de Cádiz contribuyó
con 8.000 ducados poniendo el resto el prelado
fundador.
Con motivo de unas reformas
efectuadas en la iglesia, se vio la necesidad de ser
consagrado nuevamente su altar, ceremonia que se
celebró el día 24 de mayo de 1845 siendo oficiada por
el obispo de la diócesis, fray Domingo de Silos Moreno
(1824-1853)
Verá el curioso caminante
en la fachada parroquial, cobijada en una hornacina,
una imagen de Ntra. Sra. de los Dolores del imaginero
José Montes de Oca, la primitiva titular de los
servitas gaditanos, imagen que se coloca en esa
hornacina el día 28 de julio de 1939.
El mejor retablo de Cádiz
al entender de los expertos; el del templo de San
Lorenzo, fundación del obispo Don Lorenzo Armengual de
la Mota (1717-1730) que se erige en 1722 siendo el
maestro mayor de la construcción el alarife Juan
Agustín López de Algarín.
El retablo mayor es una
suntuosa obra barroca que diseña el zamorano Jerónimo
Valvas, realizado por el escultor y retablista
Francisco López en 1727.
El programa iconográfico,
fue alterado en su tiempo, pero afortunadamente
después de haber sido reabierto el templo luego de la
restauración a que en buena hora fue sometido, todo ha
vuelto a ser tal y como se había concebido. Sobre el
sagrario, una pequeña hornacina alberga una imagen de
la Virgen del Pilar, cotitular del templo y sobre
ésta, el manifestador. Tanto las esculturas de San
Andrés como la de Santiago, son obras originales de
José Montes de Oca (1668-1748) realizadas en 1728; no
así la del santo titular ni la de la Trinidad, más
bien enmarcables en los trabajos de los genoveses;
auque la del santo mártir Lorenzo se debe a Miguel
Taramas, fechable en 1725.
· Portada:
Magnífico templo parroquial que se construye en el
siglo XVIII (1722) para dar "pasto espiritual", como
dicen los antiguos textos, a esa parte de la población
que iba creciendo a pasos agigantados.
Lo
erige el obispo don Lorenzo Armengual de la Mota en
honor del santo mártir de Huesca; y en verdad que don
Lorenzo debió ser un hombre del renacimiento por sus
gustos refinados porque para su nuevo templo encarga a
los mejores del momento cuando éste iba a necesitar.
Dos
portadas también lucen en sus fachadas; pero es la
principal la mejor de todas con un movimiento muy
vertical, como toda la fachada y el mismo buque del
templo, donde un gran baquetón mixtilíneo, el caso o
ejemplo también se da en la de San Antonio pero en
proporciones más horizontales, da cobijo a la
hornacina donde una escultura del santo titular nos lo
muestra con sus atributos martiriales
Si el
templo es obra del alarife Juan Agustín López Algarín,
de él debe ser esa preciosa portada, igual que a él se
deberá la lateral que sigue el mismo estilo pero en
líneas menos generosas.
· Torre:
Hay
que ver qué perfecto es el templo parroquial del siglo
XVIII. Sus líneas son severas, pero hermosas. Es
elegante y barroco a la vez y transmite serenidad al
fiel que por allí se acerca a orar o a curiosear.
Claro, con las imágenes que tiene…
Y en
la esquina, está la gran torre un poco maciza para la
altura que presenta, pero es muy bonita. Lástima que
le falte el remate. Ya es la única que queda sin él.
La
torre es de planta cuadrada, fuerte y robusta. El
cuerpo de campanas - ¿suenan por casualidad? – es
octogonal y es de los que se cubren mediante chapitel
cubierto de azulejería del siglo XVIII.
El
tipo de chapitel cubierto de cerámica normalmente
sevillana del siglo XVIII, se repite en Cádiz en la
Catedral Vieja, Santa María, San Lorenzo, la Palma y
en San Antonio.