Sedes Canónicas

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 Iglesia de San Domingo


             Interesantísimo templo de riquísima decoración, en parte del siglo XX en su segunda mitad, cuya construcción data del siglo XVII. Concretamente la iglesia fue construida por Antón María Calafate y Bartolomé Ruiz, sufriendo algunas reformas en 1666 por Luis de Lojo, siendo reformada otra vez en el siglo XVIII y más recientemente en los primeros años de la década de los cincuenta (siglo XX).

             Lo más interesante es su grandioso retablo mayor, el más grande de cuantos existen en mármol de Génova, una obra diseñada por Juan González de Herrera (1628-1695) autor casi seguro también del gran coro conventual.

             El retablo lo realizaron los hermanos Andreoli entre 1683 y 1691 siendo la estatuaria obra de Estaphano Frucos y de Jacobo Antonio Ponzanelli. Preside desde el camarín central, la escultura de candelero de la Virgen del Rosario, obra del imaginero sevillano José Manuel Rodríguez Fernández Andes (1910-1950) que la realizó en 1943. Es la Patrona de la ciudad y fue coronada canónicamente en mayo de 1947.  

 

 

             Los cruceros del templo conservan dos monumentales retablos; el de la derecha, de mármol de Génova y del siglo XVIII, perteneció a la cofradía de Ntra. Sra. de la Misericordia de Savona, mientras que el de la izquierda, de madera, y de iguales características, es el que conserva una mejor imaginería, pues es muy bueno el de San José con el Niño, dieciochesco, así como la escultura de San Joaquín, una obra sevillana del XVII. El retablo está fechado en 1845.

             En la capilla del Sagrario, está la famosa y muy venerada escultura de La Galeona, la imagen que va en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, en algunos viajes. Precisamente el último lo realizó zarpando del puerto gaditano el día 8 de diciembre de 1996 y  regresó después de dar la vuelta al mundo el día 17 de agosto de 1997.

             La histórica imagen de La Galeona, del siglo XVII, es una escultura rehecha en gran parte por el imaginero y escultor gaditano Juan Luis Vasallo Parodi (1908-1986) en 1945. Es una pequeña y bella talla de la Virgen del Rosario, estofada y policromada, de tan sólo 0,83 centímetros. Conserva de la antigua, que fue profanada cuando los sucesos de 1931, la cabeza y el Niño Jesús y algo del tronco, leño totalmente carbonizado que se guarda en la espalda de la imagen y puede apreciarse a través de un cristal a modo de reliquia.

             En otra capilla a los pies de la nave del evangelio, se venera la escultura sedente del Señor de la Salud, del imaginero Francisco de Villegas (1585-1660 ó 61) titular de la cofradía de su nombre.

             El coro situado en alto a los pies del templo es una hermosísima obra que tal vez se adscriba al arte del retablista Juan González de Herrera (1628-1695) realizada en 1667.

             Es de destacar el hermoso púlpito, una obra genovesa de fines del XVII así como el espléndido claustro donde lucen cuatro hermosos y tallados brocales de pozo con emblemas correspondientes a la orden propietaria del convento que es la dominica, cuyos frailes están entre nosotros desde el 14 de julio de 1635.

             Y ya que hemos tratado el altar hoy dedicado al santo fundador, Santo Domingo de Guzmán, señalaremos que el retablo se realiza en Génova a partir de 1762 por el artista Alessandro Aprile.

 

· Retablo:

           Hermoso, monumental, destacable por estar donde está es el mayor del templo santuario de la patrona – inmensa máquina de mármol, monolíticas columnas salomónicas negras, preciosos embutidos de coloreados mármoles en las bases de las columnas y taraceas en la antigua mesa del altar – que sirve para cobijar la imagen de la Virgen del Rosario coronada, talla de candelero debida a José R. Fernández Andes (1910-1950) 

            Esta obra genovesa – uno de los mayores retablos marmóreos del mundo – está realizada entre los años 1683 y 1691, por los hermanos Andreoli y la imaginería por Stephanus Fruganis y Jacobo Antonio Ponzanelli; que tallan los santos patronos de la orden, Santo Domingo de Guzmán, Santa Rosa de Lima, Santo Tomás de Aquino y la del fundador de los franciscanos, San Francisco de Asís. En el ático, un bellísimo clavario; y sobre el camarín de la Virgen del Rosario, obra posterior que se abre hacia el exterior en 1756, un manifestador hoy en desuso. 

            Por la contemplación de este retablo, gran máquina perfectamente iluminada, ya merece la pena hacer una visita y admirar la prodigiosa habilidad de esto artistas genoveses que nos dejaron en Cádiz lo mejor de su arte. 

 

· Torre:

            Hay una trilogía de Cádiz de torres casi iguales. Esta, la otra de la orden hermana, la de San Francisco y la de la Merced, la otra antiquísima orden que también radica en el barrio dedicado a Santa María.             

            La diferencia está en que esta se enseñorea de una esquina, antiguo compás conventual de Santo Domingo. 

            La torre, con cuerpo de campanas, de planta octogonal, está cubierta con un casquete semiesférico que remata una linterna. 

            En la base  de la torre tiene su capilla una cofradía gaditana que siempre ha gozado en el barrio del fervor devocional. Me refiero a la cofradía conocida por la de las Cigarreras. Allí está un silencioso Señor de la Salud, de mirada baja, manos maniatadas y sentencia entre ellas que piensa y cavila ante las muchas peticiones de sus devotos.

         La torre, igual que el resto conventual, es de mediados del siglo XVII.

 

Ángel Mozo Polo

 

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