Glorias de Cádiz

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El Santo Ángel Custodio, obra del napolitano Nicola Fumo


        La producción de obras de origen napolitano en Cádiz es grande y, además, magnífica. Sus más genuinos representantes en Cádiz, por sus obras, son los hermanos Patalano, Gaetano (1654-1700?) y Pietro (h.1700…-¿) y Nicola Fumo. Vamos a dejar por el momento a otros y sus obras porque puede haber grandes sorpresas y no ser napolitano todo lo que reluce.

        Y de Nicola Fumo existen en Cádiz, que sepamos hasta ahora, tres obras máximas como son el Santo Ángel Custodio titular de la parroquia de su nombre; la Inmaculada Concepción llamada "La Preladita" del convento de Santa María (en la clausura) y el Cristo Caído, de pequeño formato que está en la hornacina baja de un banco de un altar del templo de San Agustín.   

        El Santo Ángel, está orgullosamente firmado por su autor en la base y dice así: "Nicola FVmo. F." (Incola Fumo me hizo)

        Y cabe datarlo en el siglo XVIII en cuya centuria tal vez discurriera la carrera del escultor del que conocemos más datos de interés.

        Dice José Miguel Sánchez peña en "Anales de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz", separata del número 9, 1991; que "el Santo Ángel de la iglesia castrense presenta grandes similitudes con el existente bajo la misma advocación en Nápoles, en la iglesia de San Giovanni Batista delle Monache, siendo además de mayor tamaño, ya que mide 200 centímetros de altura, de madera lacada en blanco".

        Para el mismo autor la avalancha de imaginería napolitana que llega a España, y a Cádiz, por supuesto, se inicia con la llegada al trono en 1759 del rey Carlos III procedente de aquella ciudad. Estos artistas propiciaron una nueva forma de hacer esculturas y una nueva tendencia sobre todo en los deliciosos nacimientos que realizan con esmeradísimo arte para iglesias, conventos y palacios. El gran Francisco Salzillo Alcaraz (1707-1783) bebe de las fuentes napolitanas pues no en balde su padre de allí procedía (Nicola Salzillo) y es él el que establece el estilo napolitano indiscutible en las figuras que va tallando tanto en madera como en barro cocido.

        Y escribe el aludido Sánchez Peña, que "el fenómeno llegó a tal extremo, que a todas las obras de procedencia italiana se le decían napolitanas, como ya hemos tenido ocasión de comprobar en distintos archivos gaditanos, aún cuando en realidad procediesen de Génova".

        Sin embargo, las tres obras citadas de Fumo, son napolitanas y muy buenas.

        Pero no ha sido óbice para que la carencia de datos referidos a la magnífica escultura del Custodio, la hubiera sumido en el olvido; al contrario, rara es la guía de antigua, la descripción de templos de la ciudad o la referencia a los datos artísticos de Cádiz, en la que no figura siempre una acertada referencia a la bondad artística de esta obra de Fumo que siempre ha sido alabada por todos.

 

Ángel Mozo Polo

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