Jesús M.
Sánchez Pavón
05/10/2009
La actual Junta de
Gobierno de la Cofradía de la Soledad y Santo Entierro de
Jesucristo tiene la intención, y esta tarde noche en un
Cabildo extraordinario lo expondrá a sus hermanos, de
realizar algunas modificaciones en sus cultos externos,
bien en el día de salida procesional, pasando al Sábado
Santo, y en el hábito de sus hermanos, modificando el
color del capuz del negro actual al blanco en los tramos
de la Dolorosa, con la razón, según ha expuesto algún
miembro de su junta, de 'recuperar' el color antiguo del
mismo.
SI bien estamos de acuerdo en la posibilidad de ver a la
Real Cofradía en la tarde del Sábado Santo, pues son
muchos los ponderables por los que esta corporación debe
pasar a conformar, por ella misma o acompañada por otra u
otras hermandades, la 'nueva' jornada cofradiera, no
podemos decir lo mismo en cuanto al cambio en el
hábito procesional de los hermanos que conforman las
secciones de la Virgen de la Soledad, pues si bien, el
blanco fue el color del capirote en los años cincuenta,
no es ése el originario hábito de esta señera hermandad.
Recogemos algunas descripciones de diferentes cortejos del
Santo Entierro durante el Siglo XIX que hemos encontrado
en diferentes publicaciones bien a través de la
hemeroteca, o bien en el libro que editó la hermandad en
1993 con Ángel Mozo Polo como autor del mismo. La
cofradía, auspiciada por el Consistorio gaditano, pudo
salir muchos años de esa centuria en procesión durante
la jornada del Viernes Santo, no como otras que tuvieron
que soportar los diferentes avatares (Guerra de la
Indepencia, desamortizaciones, etc) y cuya ostentación,
en cuanto a culto interno y externo no decayó hasta
finales del citado siglo -amparó a numerosas cofradías
para que pudieran sacar a sus titulares sumándose éstas
a la salida procesional-.
Por ejemplo, el viernes santo con fecha 22 de marzo de
1845 salía "del convento de RR. MM.
Concepcionistas de Santa María con toda pompa y
magnificencia la procesión solemne del Santo Entierro de
Jesucristo...un cuerpo de procesión compuesto de
Nazarenos con túnicas negras y cirios, las insignias de
las cofradias convidadas..." y destacar que al
frente de la presidencia figuraba el prioste de la
hermandad, que no dejaba de ser honorario puesto que era
el señor jefe superior político y que eran cuatro los
pasos que formaban la comitiva, El Descendimiento
-corporación que pasaba por un momento delicado-, el
Calvario, el Señor Yacente y la Soledad.
Pero el caso más clarividente lo encontramos en el libro
de la Hermandad que Ángel Mozo Polo dedica al primer
desfile procesional que realiza la corporación con la
Sagrada Urna en la Semana Santa de 1865. Describe Mozo
Polo con detalle el cortejo procesional, deteniéndonos en
el cuerpo de penitentes de la Urna, "que vestían
túnicas y capirotes de tercipelo negro, cordón blanco a
la cintura y escudo de la cofradía bordado en plata".
Y el cortejo del San Juan Evangelista -que salía
entonces en su paso- y Nuestra Señora de la Soledad, que "vestían
túnicas y capirotes negros con escapularios blancos,
ciñendo la cintura un cordón de cáñamo blanco,
símbolo de la penitencia". Según Mozo Polo, la
cofradía había preparado al máximo detalle y con sumo
mimo la puesta en la calle de la corporación, obteniendo
magníficas críticas entre los cronistas de prensa.
"Fue más que nunca, un cortejo suntuoso y
brillante", describe el investigador gaditano en
su trabajo.
En definitiva, nos decantamos por la posibilidad de
recuperar el hábito decimonónico de la Cofradía del
Santo Entierro, mucho más vistoso, y que daría gran
realce al cuerpo de nazarenos, con el terciopelo negro, el
escapulario blanco -curiosamente los penitentes del
cortejo de palio del Santo Entierro de Sanlucar de
Barrameda utiliza este componente en su hábito, lo que,
sin duda, le da gran prestancia- y el escudo bordado en la
totalidad de la comitiva nazarena. Podría ser éste el
primer gran paso para recuperar, poco a poco, la
excelencia de una de las grandísimas corporaciones de la
Semana Mayor gaditana.
Sagrada
Urna y paso de templete de la Soledad - Fotografía Archivo de Jesús Sánchez
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