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Desde 2001 con los cofrades gaditanos

 
   
       
 

HISTORIA Y MEMORIA

 
   

 

 
 

 Los talleres Rafael Peris.

 

   En este trabajo vamos a acometer el estudio de uno de los talleres que se dedicó a la comercialización de imágenes religiosas en la posguerra, el taller de Rafael Peris. En primer lugar, para entender la proliferación de este tipo de talleres hay que comprender el momento histórico en el que se desenvolvieron. Estamos hablando de la España de la posguerra, un país en grave crisis económica y en el cual buena parte del patrimonio artístico de cofradías, iglesias y conventos había sido quemado y destruido. No queremos hacer una valoración histórica de los hechos, sólo nos limitaremos a decir que el panorama a principios de los años 40 del siglo pasado se planteaba desde un resurgir de la religiosidad popular dentro de una grave situación de pobreza.

   Una vez hecha esta introducción, podemos decir que en esa época cada uno hizo lo que pudo con lo que tenía más a mano. En Andalucía se recurrió a escultores en madera, conocidos como imagineros, unos de cierta valía y otros con más empeño que calidad artística, todos ellos sirvieron de paño de lágrimas de las cofradías, muchas de ellas, con el tiempo y la mejor situación económica, han ido sustituyendo esas imágenes por otras de mayor calidad artística no entendiendo que muchas veces la devoción y el arte están reñidas. A los imagineros consagrados como Antonio Castillo Lastrucci, Francisco Buiza, Antonio Illanes, Juan Luis Vasallo, Luis Ortega Bru y Sebastián Santos en Sevilla; Francisco Palma Burgos, Navas Parejo y Benito Barbero en Málaga y Granada podemos sumar otros más humildes como Antonio Eslava Rubio en Sevilla y Miguel Láinez Capote en Cádiz por poner dos ejemplos, estos dos últimos repitieron modelos con frecuencia ante el alto número de encargos.

   En Madrid florecieron algunos talleres que o bien tenían escultores contratados a su servicio (caso de Luis Ortega Bru para Casa Granda) o se dedicaban a hacer de intermediarios. Los talleres más conocidos en esta época fueron El Arte Español, Santa Rufina, Granda o Calderoll por mencionar algunos. En Cataluña, aunque hubo escultores de cierto mérito, dos grandes talleres coparon la imaginería de la posguerra (aunque ambos son bastante anteriores a la misma). Por un lado los distintos talleres de Olot con sus elaboraciones a base de pasta de madera (y digo bien, talleres, porque hubo muchos de ellos que siguieron la estela de El Arte Cristiano tales como Castellanas, Marguí e hijos, La Española, el Arte Olotense, etc). Por otro lado estaba el taller salesiano de Sarriá, el cual dirigido por Gaspar Mestre Beltrán copaba toda la producción de imágenes de devoción salesiana (María Auxiliadora, Santo Domingo Savio, Don Bosco, etc). En breve esperamos poder publicar un estudio amplio de estos talleres que saque a la luz la dimensión e importancia que llegaron a tener.

   En el foco artístico de Valencia sin embargo se produjo una situación compleja. Ante la avalancha de imágenes provenientes de los talleres catalanes de producción en serie, el Arzobispo Prudencio Melo y Alcalde decidió crear una comisión diocesana de arte sacro que se dedicaría a impedir este tipo de imágenes. Todas las imágenes que fueran destinadas a parroquias o hermandades de la zona debían pasar por esta comisión para lo cual debían presentar un boceto indicando además el uso de maderas nobles. En esta época proliferan toda una serie de escultores y talleres como Vicente y José María Tena, Pío Mollar, José María Ponsoda, los Cuesta, Teruel, Esteve Edo, Rico, Ballester, Rabasa y Royo, Siurana, José Capuz, Vicente Rodilla, etc; hasta un número de unos 25 talleres activos en esta época, de los cuales en la actualidad solo sobreviven ya José Esteve Edo y José Estopiñá Ribes. A tanto llegó la ocupación que algunos de estos escultores que algunos como Pío Mollar Sans llegaron a tener talleres específicos para la realización de manos y piernas, o como Ponsoda que llegó a tener en la época de mayor auge hasta unos 30 oficiales trabajando para él. Destacar además a Mariano Benlliure Gil o José Sánchez Lozano que se mantuvieron aparte de estos talleres artísticos. Y a la luz de esos escultores y talleres de más renombre aparecen los talleres de Rafael Peris.

   Al empezar a investigar sobre estos talleres la información de que se disponía era casi nula, solo las referencias a determinadas imágenes en Callosa de Segura y la Virgen del Amparo en Cádiz. Consultados los escultores antes mencionados me pudieron mencionar que efectivamente existió una casa Rafael Peris en la calle Paz de Valencia, la cual se dedicaba al comercio de ornamentos religiosos y en especial bordados, casullas, etc. Efectivamente, en el registro mercantil de Valencia consta que existió un comercio llamado Talleres Rafael Peris el cual se dedicaba a “ornamentos litúrgicos y bordados de arte” y que tenía su oficina de cara al público en la calle Paz número 21, mientras el taller de elaboración de bordados y vestimentas los tenían en la calle Cuenca número 30. Efectivamente, dentro de los registros de obras de arte de la comisión de arte sacro de Valencia antes mencionada, aparecen obras de Rafael Peris para un par de parroquias valencianas. Pero ¿era este Rafael Peris un escultor?. Tras arduas investigaciones podemos decir que no. Rafael Peris tenía un comercio de artículos religiosos que aprovechando el efervescente negocio de la escultura religiosa de los años 40 se dedicó a hacer de intermediario entre las parroquias o hermandades que demandaban imágenes y escultores locales o incluso como veremos más adelante talleres de producción en serie. Con esto se lograba evitar el trámite de la comisión de arte sacro y las mermadas economías de muchas parroquias y particulares podían tener la tan deseada imagen de devoción. En cuanto a los materiales utilizados podemos ver que tras una etapa inicial en los años 39 y 40 en la que se utilizó el cartón piedra para elaborar algunas imágenes, se pasa rápidamente al uso de madera de pino Flandes, material comúnmente utilizado en esa época. En cuanto a los encargos los hubo de todo tipo, desde imágenes originales hasta peticiones explícitas de copias de imágenes existentes en otras localidades o desaparecidas en la guerra. Pero no lo olvidemos, Rafael Peris era un intermediario.

   Hemos podido encontrar el rastro de dos escultores que trabajaron para el taller de Rafael Peris. Se trata de Manel Bañón Baya y Luis Mora Cirujeda. Sobre la obra de estos dos escultores poco o nada se sabe, del primero no existen referencias, del segundo hay algunas referencias, entre ellas tiene una calle con su nombre en Valencia. Además, y lo que es más importante, siguiendo el testimonio de los escultores y cofrades valencianos consultados, efectivamente existió e incluso alguno recuerda su vinculación con Rafael Peris, entendiendo como esa vinculación que Peris subcontrataba dicho trabajo a Luis Mora. Podemos observar esta relación en un crucificado para la parroquia de San Antonio Abad de Alginet (Valencia), realizado con la dirección artística de Bañón y Mora en 1943 y copia de otro en la sala capitular de la Catedral de Las Palmas. Otra imagen de probable autoría de Luis Mora es el crucificado de la Misericordia de Almonte, copia bastante conseguida del crucificado del Amor de Sevilla y que tiene semejanzas con el anterior, realizado además en fechas próximas al período de relaciones comerciales de Luis Mora con Rafael Peris. De todos modos, la disparidad en técnica y ejecución de muchas de las imágenes procedentes de Rafael Peris nos da la idea de la más que probable intervención de diversos escultores, no pudiéndosele adjudicar todas a Mora.

   En este momento queremos despejar un error que se comete con cierta frecuencia. Coetáneo a Rafael Peris desarrolla su trabajo un orfebre llamado Salvador Peris Bacete, el cual establece su negocio en 1918, el cual es continuado por sus hijos Salvador y Antonio Peris Roca y en tercera generación por el hijo de este último Antonio Peris Siugana. Son autores entre otros de los tronos de Orihuela y Huércal-Overa y a menudo confundidos en determinados tratados o artículos con Rafael Peris. Podemos confirmar que no tuvieron nada que ver, aunque conocían de la existencia de Rafael Peris en Valencia como intermediario y fabricante de ornamentos litúrgicos y bordados.

   ¿Vendía Rafael Peris imágenes de serie?. La respuesta es que sí, aunque no todo lo que hacía era de serie, hacía imágenes copia de otras y también trabajos originales (o a los cuales al menos no le hemos encontrados otras imágenes similares). Y esa es la razón principal por la que el negocio de Peris no consta como taller de escultura y no se pudieran ofertar como tales, así evitaba el control del arzobispado. Por tanto y como hemos dicho antes Rafael Peris distribuía imágenes seriadas, al parecer tuvo buenos contactos con el taller salesiano de Sarriá, explicables sobre todo con la llegada a Valencia en 1946 del Arzobispo salesiano Marcelino Olaechea, el cual favoreció la profusión de imágenes de María Auxiliadora procedentes del taller de Sarriá durante buena parte de su pontificado. Así, parece que el comercio de imágenes de María Auxiliadora, Sagrado Corazón de Jesús y otros santos salesianos pudo hacerse a través de talleres como el de Rafael Peris o del tratante José Merlo (con obras de su taller en la provincia de Jaén según nos ha podido confirmar Rafa Merelo) el cual también se dedicaba a servir de intermediario entre cofradías y escultores como José Estopiñá, Efraim Gómez, José Garcés o José Dies. Este tipo de comercio tuvo un gran éxito en la segunda mitad de los años 40 y podemos observar la mano del mencionado Gaspar Mestre o de José María Geronés, el cual estuvo en Sarriá en la segunda mitad de los años 40 hasta que marcha definitivamente a la inspectoría de Sevilla, en imágenes de este tipo.

   En cuanto a su existencia, no se tiene constancia de la existencia de dicha tienda desde hace al menos 30 años, además no se tiene constancia de producción de imágenes religiosas más allá de finales de los años 40. Parece ser que se descubrió que trabajaban con imágenes de serie al intentar introducirlas en Jaén, además debido a la menor demanda y la escasa calidad de sus obras, a la sombra de talleres renombrados como los de Rico y Ballester por poner un ejemplo, el negocio decayó y la ocupación fue desapareciendo, aunque la actividad principal de ornamentos litúrgicos parece que dura hasta mediados de los años 60 del pasado siglo. Tampoco duró mucho más esta edad de oro de la imaginería de la posguerra ya que, tras el Concilio Vaticano II, la producción imaginera descendió bastante hasta el punto de que la mayor parte de los talleres tuvieron que cerrar.

   En cuanto a la obra escultórica conocida procedente de Rafael Peris (no incluimos aquí los diversos trabajos de túnicas, bordados, etc que también realizó para cofradías), podemos mencionar las siguientes:

 

  • Santas Marías, Callosa de Segura (Alicante), 1939. Imágenes de María Cleofás y María Salomé realizadas en cartón para la cofradía de las Santas Marías y que costaron 1.803 pesetas. Fueron sustituidas en 1946 por otras de Gregorio Molero. En la actualidad han sido transformadas en una Virgen dolorosa para Santa Pola y una Virgen de las Mercedes para Elche.

  • Jesús Nazareno, Callosa de Segura, 1941. Realizado en madera de pino para la cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima de la Amargura, sustituida por otra de Noguera Valverde en 1956. La imagen de Peris continua procesionando las mañanas del Viernes Santo en la procesión del Encuentro.

  • Virgen de la Soledad, Callosa de Segura, 1940-41. La adquirió Doña Asunción Escudero Almira y costó 1.000 pesetas. Es imagen de vestir en madera y pertenece a la cofradía de la Soledad. Restaurada en 1982, procesiona el Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro.

  • María Magdalena, Callosa de Segura, 1940. La imagen ha sido restaurada en Diciembre de 2.000 por el escultor Joaquín Mayans Ruiz. Procesiona la mañana del Viernes Santo en la procesión de la Subida al Calvario, más concretamente en el acto del Encuentro en el Calvario. Es imagen de vestir realizada en madera de pino Flandes y pertenece a la cofradía de Santa María Magdalena. La hermandad tiene otra talla realizada en 1956 por Ignacio Pinazo.

  • Cristo Yacente, Callosa de Segura, 1940. La primitiva imagen del Yacente de la cofradía del Santo Entierro es imagen en madera de pino sustituida por la actual de Manuel Ribera Girona en 1956.

  • Virgen del Rosario de la Aurora, Callosa de Segura, 1940. Imagen en madera perteneciente a la Hermandad del Rosario de la Aurora y adquirida por Don José Cascales.

  • Sagrado Corazón de Jesús, Callosa de Segura, 1940. Imagen que no pertenece a ninguna hermandad y que se halla al culto en la parroquia de San Martín.

  • Nuestro Padre Jesús Nazareno, Albatera (Alicante), 1941. Imagen de vestir en madera y que pertenece a la cofradía de Nuestro Padre Jesús, procesionando Miércoles y Viernes Santo por la mañana.

  • Santísimo Cristo de la Agonía, Albatera, 1941. Pertenece a la cofradía homónima dedicada también a María Magdalena, procesiona Miércoles y Viernes Santo.

  • Cristo Yacente, Alicante, 1942. Pertenece a la cofradía del Santo Sepulcro y es imagen de talla completa en madera de pino. Procesiona la noche del Viernes Santo.

  • Paso de Jesús Nazareno, Alicante, sobre 1945. El trono de este nazareno, el cual es talla de Ponsoda, es obra en madera dorada de los talleres de Rafael Peris. Hemos consultado con los hijos de Peris Bacete y estos nos comentan que ese paso no lo hicieron ellos por lo que probablemente sea del taller que estamos investigando.

  • Trono del Cristo Yacente, Elche (Alicante), 1940. La imagen es de la cofradía del Santo Sepulcro y procesiona la tarde del Viernes Santo. El trono es de madera de pino.

  • Virgen de la Soledad, Rojales (Alicante), 1942. Pertenece a la cofradía de la Soledad y es imagen de madera de pino de vestir restaurada en Cuenca en 1998. Procesiona el Domingo de Ramos.

  • Nuestro Padre Jesús Nazareno, Rojales, 1941. Imagen titular de la cofradía homónima, de vestir en madera de pino. Ofrece similitudes con otras obras cristíferas procedentes de este taller.

  • Crucificado, Alginet (Valencia), 1943. Obra realizada para la parroquia de San Antonio Abad, mide 1,30 metros y fue realizada en madera de pino copia de la que está en la sala capitular de la Catedral de Las Palmas. La obra fue dirigida por Manuel Bañón Baya y Luis Mora Cirujeda.

  • Grupo escultórico de San Juan Bautista bautizando a Jesús, Ollería (Valencia), 1943. Esta imagen fue hecha para la iglesia de Santa María Magdalena, medía 1,70 metros y estaba realizada en madera de pino de Flandes, importando 4.000 pesetas.

  • Crucificado de la Misericordia, Almonte (Huelva), 1940. Obra en madera de pino de talla completa realizada según el modelo del crucificado del Amor hispalense obra de Juan de Mesa de principios del siglo XVII, aunque se denotan en la copia un modelado demasiado blando especialmente visible en los miembros inferiores y una policromía un tanto difuminada que restan realismo a la imagen. Procesiona en la hermandad homónima la tardes del viernes santo junto a la Virgen de los Dolores desde la parroquia de la Asunción.

  • Virgen del Amparo, Cádiz, 1947. Imagen de vestir en madera de pino Flandes que fue adquirida por medio de Emilio Bartús Loreto para la Hermandad de la Borriquita de Cádiz, fue bendecida en 1948. Consta según José Luis Ruiz Nieto que fue retocada en el taller gaditano de Casa Roquero sobre 1950, puede que asimismo Carlos Bartús, hermano del anterior, la interviniera por aquella época. Asimismo constan restauraciones posteriores de Antonio Eslava y de Luis González Rey que le talla los pabellones auditivos y el pelo. Hay también algunos escritos que la relacionan con un escultor apellidado Barba y que trabajaría para Rafael Peris, la consulta con los imagineros valencianos en vida nos viene a confirmar que ese tal Barba o no existió o era un perfecto desconocido en el mundo artístico levantino de la posguerra. La autoría de esta imagen no es asunto fácil y no es el objetivo final de este trabajo.


   Aquí terminamos esta semblanza por uno de los muchos talleres que se dedicó a la fabricación o (como en este caso) distribución de imágenes religiosas en la posguerra española, imágenes de calidad limitada en algunos casos, pero que movían y siguen moviendo a la devoción del pueblo llano que no entiende de tendencias artísticas sino del amor a Cristo, María y los Santos.

Francisco Espinosa de los Monteros Sánchez

 
 

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