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ARTÍCULOS DE CÁDIZ COFRADE 

 
 

 Procesión de rogativas a la Virgen de los Milagros

   La Virgen de los Milagros, imagen del siglo XIII, reformada en los siglos XVI y XVII como talla de vestir, con tez morena por la moda de la época y no en su primitiva ejecución, arrastra desde tiempos inmemoriales un arraigo entre los habitantes de El Puerto de Santa María que perdura hasta nuestros días. Su veneración llegó hasta el Ducado de Medinaceli, que le regaló un traje de plata, y que le dio la fisonomía que hoy día conocemos más de tres siglos después. Como apunte, decir que se trata de la primera imagen coronada canónicamente en la provincia de Cádiz, un 8 de Septiembre de 1916.

Los vecinos de El Puerto siempre se han mostrado cercanos a esta devoción, la más importante de la localidad, y a la que han acudido en épocas de dificultad y penuria. A mediados del siglo XIX, en una ciudad con un censo aproximado de veinte mil habitantes, la sequia y las enfermedades acuciaban a una población castigada; no obstante ponía su fe en su patrona con una advocación históricamente adquirida precisamente por su carácter milagroso (en el escudo de armas de la ciudad aparece la icona). 

   

   Gracias a la localización de un artículo periodístico en ‘La Esperanza’, periódico monárquico madrileño, podemos saber cómo sus devotos organizaron el 7 de Enero de 1864 una procesión de rogativa para implorar la lluvia y en qué medida se volcó la población portuense. Reproducimos la nota de prensa por su interés:

“El día 7, según escriben del Puerto de Santa María, se verificó una procesión de rogativas para obtener del Todopoderoso la lluvia que tan necesaria es para que desaparezcan las muchas enfermedades que la afligen, especialmente la epidemia de viruelas, y fertilicen los campos áridos por una larga sequia.

Acompañaban a la Santísima Virgen de los Milagros, Patrona de dicha ciudad, más de seis mil quinientas personas con candelas encendidas, de modo que aún estaba la sagrada imagen en la iglesia prioral, y la cruz había llegado al paseo de la Victoria, situado a otro estremo de la población. El Muy Rdo. P. Félix, Obispo preconizado de Cádiz, asistió a este devotísimo acto, que duró cinco horas.”

Su peso devocional queda reflejado en los portuenses –nada menos que un tercio del censo- que formaron en la comitiva de aquella procesión, que nos da una idea de la importancia capital de la Virgen de los Milagros en la vida de El Puerto, y que sigue demostrando cada ocho de septiembre cuándo la Señora sale a la calle en su paso de plata labrada al encuentro de sus devotos y fieles.

Texto y Fotografía: Jesús Sánchez Pavón.

 
 

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