Por Francisco Espinosa de los
Monteros Sánchez
“A Jesús y Rosa por su
reciente enlace”
Introducción
Pretendemos en este trabajo dar unos breves apuntes sobre
las cofradías gaditanas en el siglo XVI y especialmente
antes del saqueo e incendio anglo-holandés de Julio de
1.596, época que prácticamente no esta estudiada hasta el
momento desde el punto de vista de la religiosidad
popular. Los estudios sobre hermandades y cofradías en el
Cádiz anterior al saqueo del conde de Essex son escasos,
nos podemos prácticamente ceñir a los datos proporcionados
por Agustín de Horozco en su Historia de la Ciudad de
Cádiz y algunas mínimas aportaciones puntuales posteriores
que veremos a continuación. Como sabemos, hay dos
versiones de esta publicación de Horozco, la primera de
ellas de 1.591 -y anterior por tanto al saqueo- y la
segunda de ellas de 1.598i.
En ambos casos aparece una lista de las cofradías que
sacan pendón en las procesiones generales de la iglesia y
que es, hasta el momento, la documentación más valiosa que
tenemos sobre las cofradías gaditanas en esta época.
El
siguiente documento que nos encontramos es una “relación
de las cofradías y ermitas que hay en esta ciudad”ii,
datada en 1.601. Por último en cuanto a datos novedosos se
refiere, tenemos las aportaciones puntuales de Enrique
Hormigo sobre Vera Cruziii
(a su vez recogidas del trabajo de Picardoiv
sobre esta cofradía) y de Lorenzo Alonso de la Sierrav
sobre el Nazareno en su libro monográfico sobre esta
cofradía.
Se
hace por tanto necesario un estudio que aglutine toda la
información de que se dispone en la actualidad sobre la
religiosidad popular gaditana y que aporte nuevos datos
que luego puedan ser profundizados en trabajos
posteriores. En esta breve síntesis vamos a dar el
adelanto de lo que deberá ser un trabajo más profundo que
estamos realizando sobre la religiosidad popular en la
diócesis gaditana y que esperamos publicar en breve.
Fuente
documental: el testamento.
Hasta ahora el discurso con que se empezaban todos los
trabajos sobre las cofradías de Cádiz es que en el asalto
de 1.596 desaparecieron todos los archivos civiles y
eclesiásticos. Nada más lejos de la realidad.
Efectivamente, prácticamente el total de los archivos
eclesiásticos custodiados en el archivo diocesano
desaparecieron en el saqueo (aunque no todos). Pero no
sucedió así con los protocolos notariales gaditanos.
Efectivamente y, aunque con ciertas interrupciones, se
conservan protocolos notariales gaditanos desde mediados
del siglo XVI, con lo cual disponemos de información de al
menos medio siglo antes del saqueo anglo-holandés. Además,
están los distintos archivos civiles repartidos por toda
la geografía nacional y que conservan documentación tanto
civil como eclesiástica del siglo XVI y en los cuales
prácticamente nada se ha hecho en cuanto a religiosidad
popular se refiere.
Ante
la escasez de fondos eclesiásticos ricos en datos
referentes a las cofradías hemos recurrido a los archivos
civiles que, aunque pueden parecer menos valiosos que
aquellos, en este caso se hacen vitales debido a la
desaparición de la documentación diocesana. Para este
trabajo nos hemos basado en un tipo de documento notarial:
el testamento. Como ya han adelantado Izco Reina y Parodi
Álvarezvi,vii
en estudios similares, dentro de la ingente cantidad de
tipos documentales que albergan los libros escritos por
los notarios, los testamentos se convierten en un
documento fundamental para lograr la reconstrucción de las
cofradías, ya que ofrecen, de forma indirecta, datos
realmente clarificadores para alcanzar nuestra finalidad.
Quizás no nos den datos en cuanto a la organización de la
cofradía o sus cargos directivos, pero sí nos dan un dato
fundamental, la existencia probada documentalmente de una
cofradía en un año determinado. Además, suelen aparecer
datos en cuanto a localización de la cofradía, pertenencia
del testador a la misma, enterramientos en capillas
propiedad de la cofradía, donaciones, etc. que no dejan de
tener valor documental e histórico. Es por esta razón por
la que nos hemos decantado por esta fuente documental.
Los
testamentos de aquella época guardaban todos un esquema
bastante similar con lo cual su estudio puede realizarse
de un modo metódico. En primer lugar aparecían los datos
familiares del testador seguidos de una declaración de fe
católica y, en caso de que la persona estuviera casada, se
relataban los distintos matrimonios, su descendencia,
viudedades, etc. En un segundo bloque estarían las mandas
civiles, toda una serie de legados a familiares, amigos,
etc.; nombramiento de albaceas y declaración de deudas
pendientes y deudores. El tercer bloque (que no tiene por
qué estar al final) es el de las mandas piadosas, en el
cual aparece el lugar donde se desea ser enterrado, misas
a celebrar, donaciones a cofradías, conventos e iglesias,
etc. Por supuesto es en este bloque en el que nos hemos
centrado aunque recogiendo información de los restantes
apartados que a veces nos puede ser de gran utilidad.
Cofradías
documentadas en el siglo XVI. Datos conocidos.
Hasta la fecha los datos documentalmente probados en
cuanto a la existencia de cofradías en Cádiz en el siglo
XVI son los siguientes:
-
Santísimo Sacramento, 1.591viii
-
Ánimas del Purgatorio,
1.591ix
-
San Telmo, 1.591x
-
Santa Lucía, 1.591xi
-
Misericordia, 1.591xii
-
San Lázaro, 1.591xiii
-
Nuestra Señora de la
Merced, 1.591xiv
-
San Diego, 1.591xv
-
Nuestra Señora del Rosario,
1.591xvi
-
Nazareno, 1.594xvii
-
Vera Cruz, 1.569xviii
-
Concepción, 1.598xix
-
Nuestra Señora de Loreto,
1.598xx
-
Nuestra Señora de
Candelaria, 1.598xxi
-
San Roque, 1.598xxii
-
San Sebastián, 1.598xxiii
-
Santa Catalina, 1.598xxiv
Estas son las 17 cofradías de las cuales hemos podido
encontrar documentación que pruebe su existencia en el
siglo XVI. Probablemente hubiera más, pero se han omitido
aquellas de las cuales no se sabe con certeza documental
su existencia. Tal es el caso de la cofradía de la Soledad
de la cual se conoce de su existencia en 1.601xxv
pero no antes.
Cofradías
gaditanas en el siglo XVI. Nuevas aportaciones
documentales.
Se
han analizado unos 130 testamentos provenientes en su
mayoría de los fondos del Archivo Histórico Provincial de
Cádiz, el resto pertenecen al Archivo General de Indias.
El período comprendido de estudio ha sido entre los años
de 1.556 y 1.599, para el cual debe haber al menos unos
600 testamentos, esto implica que se ha estudiado al menos
el 20% de los mismos. Como vemos es un porcentaje pequeño
y que necesita de la debida profundización por parte del
investigador. Sin embargo, la muestra sí que es lo
suficientemente amplia como para poder obtener resultados
interesantes.
Para
ordenar las cofradías hemos seguido el orden cronológico
inverso de aparición de los datos, ordenándolas de menor a
mayor antigüedad probada. Por el momento y, a falta de un
estudio más detallado de los protocolos notariales
gaditanos, hemos podido constatar la presencia de las
siguientes cofradías en los documentos analizados:
El dato más antiguo que hemos
podido localizar lo encontramos en el testamento de Ana
González, datado el 25 de Febrero de 1.582, y en el cual
pide le acompañen los “germanos de la cofradia de san
telmo”xxvi.
Esta cofradía estuvo siempre ligada a los navegantes y
tenía capilla propia en San Francisco como prueban los
testamentos de Santa Guillerma (su esposo era marino y
poseía un barco), fechado en 23 de Mayo de 1.591, que se
declara hermana de esta cofradía y pide que se le de “una
misa de san telmo en la capilla de los pilotos”; o el de
Lucas Diente que se refiere a los “hermanos de la cofradia
de capitanes, maestres e pilotos” y que deja 2.000 reales
a la capilla de Santa Ana del monasterio de la Concepción
para mantener una vela encendida en dicha capilla.
Efectivamente, en el
testamento de María de Villagómez, fechado el 19 de
Noviembre de 1.575 nos encontramos con que la testadora
pide “ytem mdo q me asienten por era
de la beracruz e de nra señora del rosario e de san lazaro
e se de la lymosna acostumbrada”xxvii
(FOTO 1). Pide además ser enterrada en la iglesia del
Hospital de la Misericordia. Este dato es importante
porque parece indicar que la cofradía del Rosario estaba
radicada en dicha iglesia de la Misericordia tal y como
aparece en 1.591.
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Hay algunas referencias
posteriores más en el que los testadores dejaban ciertas
limosnas a los cofrades del Rosario por su acompañamiento
en el entierro. Tales son los testamentos de Ana María
Serrano, datado en 13 de Marzo de 1.582 o el de Catalina
de la Guardia con fecha 23 de Diciembre de 1.584. Esta
cofradía no parece estar ligada a la población morena ya
que todos los testadores son naturales de Cádiz, aunque
bien pudiera ser que aceptara como hermanos a gente de
todas las etnias. Tampoco parece ligada a los genoveses,
de los cuales hemos encontrado abundante información, como
el testamento de Lorenzo Buenjuan, natural de Seriana
(Génova), y al cual nos lo encontramos el 10 de Febrero de
1.579 pidiendo ser sepultado en la capilla de la nación
genovesa de la catedral de Santa Cruzi.
Como vemos los nuevos datos
encontrados son de enorme interés ya que retrotraen los
orígenes de la cofradía del Rosario hasta al menos el año
de 1.575, dieciséis años antes de la anterior fecha de
1.591.
El 20 de Mayo de 1.573 Pedro
Sánchez deja en su testamento 4 ducados a la cofradía de
la Vera Cruz y 2 ducados a las cofradías del Santísimo
Sacramento y Ánimas. Este documento deja además otros
datos de interés, ya que deja 4 ducados a la compañía del
nombre de Jesús, manda a la obra de la iglesia de Nuestra
Señora de la Candelaria 2 ducados y deja dos ducados a la
obra del señor San Roque y a las hermanas de recogidas.
Hasta ahora se tenía por fecha de fundación de Candelaria
el año de 1.593ii,
aunque las monjas agustinas estaban en Cádiz desde 1.567,
estos nuevos hallazgos nos plantean nuevos interrogantes
que resolver. Igualmente, se daba el año de 1.582 para la
ermita de San Roqueiii,
dato que vemos que también habría que revisar.
El dato lo extraemos del
testamento de Juan Jorge y María Hernández, datado en
Junio de 1.570iv
y en el cual piden les acompañen en su enterramiento la
cofradía de San Lázaro de la cual son ambos hermanos y las
cofradías de Vera Cruz, Misericordia y Santa Catalina.
Vemos como, a pesar de que la cofradía de Santa Catalina
no aparece en la lista de cofradías de 1.591 (sí en las de
1.598 y 1.601), aparecen menciones antiguas a su
existencia.
Este testamento por su
interés merece estudiarlo a fondo. Ambos testadores piden
ser enterrados en San Francisco “con el abito del señor
san francisco”. Dejan además donaciones para las obras de
San Sebastián, Nuestra Señora del Arrabal y San Roque; de
nuevo vemos la alusión a San Roque en fecha anterior a la
supuesta por fray Gerónimo de la Concepción, interesante
además la referencia a Nuestra Señora del Arrabal que
sugiere la existencia de una imagen mariana de esta
advocación ya en este año de 1.570. Legan además un ducado
a cada una de las cofradías mencionadas anteriormente y un
ducado “a los germanos del nombre de jesus”. A pesar de lo
que pudiera parecer en un principio creemos que se refiere
a los hermanos de la Compañía de Jesús, fundada en Cádiz
en 1.564, y no a una hipotética cofradía del Dulce Nombre
de Jesús la cual no aparece hasta el siglo XVII
probablemente ligada a la orden dominica que tenía
potestad sobre estas cofradías (como pasaba también con
las del Rosario, aunque como vemos la fundación del
Rosario en Cádiz fue bastante anterior a la llegada de los
dominicos). De todos modos, merecería de un estudio más
detallado para confirmar o desmentir cualquiera de las dos
hipótesis.
Hemos visto que en el
testamento anterior aparece el dato de la cofradía de la
Vera Cruz como cofradía existente en 1.570 (FOTO 2), este
es el dato más antiguo que hemos podido encontrar de esta
cofradía por lo que no hemos logrado retrasar la fecha
inicial propuesta de 1.569. De todos modos pensamos que
tampoco sería de extrañar una fecha anterior incluso al
establecimiento de los franciscanos en Cádiz en 1.566, tal
y como ocurre en localidades cercanasv.
A pesar de todo, hemos encontrado datos interesantes
relativos a esta cofradía y que merecen la pena relatar.
Así, ya desde el año 1.578 aparecen alusiones a
enterramientos en la capilla de la hermandad. En dicho año
Luis Carrillo, hermano de la cofradía, pide “ser enterrado
en el monasterio del señor san francisco y en la sepultura
que le señalaren los germanos de la veracruz de donde es
germano”. Al año siguiente Juan Sánchez pide “ser
enterrado en el monasterio del señor san francisco en la
capilla de la Vera Cruz”, deja además 6 reales a la
cofradía de la Misericordia. La cofradía de la Vera Cruz,
junto a la de la Misericordia (esta de carácter
asistencial) y la de San Lázaro y, en menor medida las de
Candelaria y Rosario, son las más nombradas en las mandas
testamentarias, lo cual debe ser un fiel reflejo de su
apogeo y esplendor en aquella época, además de una muestra
de su continuidad histórica.
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Esta cofradía, que no aparece
en la lista de 1.591, aparece bastante activa durante el
período estudiado. El dato más antiguo procede del
testamento de María Martínez, natural de Calahorra (La
Rioja), y fechado el 7 de Noviembre de 1.567. En dicho
documento deja “diez ducados a la germandad del hospital
de la mysericordia” y otros “diez ducados a la cofradia de
ntra sra de la candelaria para q se gasten en la obra de
su yglesia”i
(FOTO 3). De nuevo vemos una referencia a las obras de la
Candelaria que retrotraen la fundación de dicha iglesia
hasta este año de 1.567. Dentro de las mandas, deja otros
“diez ducados a las germanas de recogidas”, “diez ducados
a los germanos de la compañia de jhs”, “sinco ducados al
monasterio de la consepcion” y “sinco ducados a los niños
de la doctrina xtiana”. En otro testamento, el de María
Hernández, datado en 1.584, vuelve a aparecer esta
cofradía junto a las de Vera Cruz y Misericordia, pidiendo
se le de “una misa en la capilla de los hermanos de la
veracruz” y dejando “doze reales para la cera y aceyte de
ntra sra de la candelaria”.
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Como hemos dicho
anteriormente, esta cofradía es de las más nombradas en
las mandas testamentarias, lo cual da una idea de que en
aquella época era el santo más venerado por los gaditanos.
El dato más antiguo procede del testamento de Martín
Sánchez, datado en 29 de Agosto de 1.564, donde deja “para
la cera del señor san lazaro de cuya cofradia soy germano
un ducado”i.
Sin embargo y, como hemos podido ver en alguno de los
documentos mencionados anteriormente, su presencia es
constante en la segunda mitad del XVI. Como ejemplo
mencionar el testamento de Pedro Domínguez, gallego, el
cual deja en 1.575 “dos ducados a la germandad del
hospital de la mysericordia” y “dos ducados a la de san
lazaro de donde soy germano”.
Interesante es el testamento
de Juan Gómez, natural de Talavera de la Reina (Toledo),
quien en 1.578 deja 4 reales a la cofradía de San Lázaro y
deja otros “cuatro rs para la obra del monasterio de san
francisco” donde pide ser enterrado “con el abito”. Además
deja “cuatro ducados a las monjas de santa maria para
ayuda a hacer unas puertas”.
Como era lógico, esta
hermandad es de las más antiguas que suele aparecer en las
mandas testamentarias de Cádiz. En este caso es en el
testamento de la gaditana Ana González, fechado el 17 de
Febrero de 1.564, en el cual deja “a la cofradia de animas
seys rs”ii,
además pide le acompañen los niños de la doctrina
cristiana durante su enterramiento. Ese mismo año
encontramos también el testamento de Inés Rodríguez, en el
cual se dejan “para la cera de las animas del purgatorio
seys rs”.
Interesante es el testamento
de María de Medina (1.565) en el cual pide que en su
enterramiento le acompañe la hermandad y cofradía de
Ánimas del Purgatorio de la cual es hermana, pidiendo ser
enterrada en Santa Cruz en la capilla de dicha cofradía.
Esta es la hermandad de la
cual hemos podido encontrar los datos más antiguos hasta
el momento. Hermandad de tipo asistencial (aunque en
algunos sitios es probable que procesionaran la imagen de
un crucificado), es con mucho la más nombrada en los
testamentos gaditanos de la época, ya que el modelo de
piedad medieval invitaba a la asistencia a los pobres y
marginados. Así, vemos que el modelo de fundación de
cofradías es idéntico en Cádiz al de otras poblaciones de
la diócesis, en las cuales aparece en primer lugar esta
cofradía de tipo asistencial, las de Ánimas del Purgatorio
y Santísimo Sacramento en la iglesia mayor, la Vera Cruz
en ermitas o conventos franciscanos como la primera de
penitencia, una o varias de la advocación del santo de
mayor devoción de la época (así en Puerto Real era por
ejemplo San Benito en su propia ermita) y una o varias
advocaciones marianas (por ejemplo en Alcalá de los
Gazules son las devociones a Nuestra Señora de los Santos
y Nuestra Señora del Rosario). En torno a este núcleo
primigenio empiezan a florecer el resto de las
hermandades, aunque por supuesto hay excepciones a esta
regla, así suele suceder con más o menos exactitud en
muchas poblaciones gaditanas.
En el testamento de Leonor
Rodríguez, fechado en 7 de Julio de 1.556, aparece ya la
mención de que, durante su enterramiento, le acompañen los
hermanos de “la cofradia de la yglesia de la mysericordia”iii.
Más adelante, Francisca Ramírez, deja wn 1.557 “un rl a la
germandad e cofradia de la mysericodia” y pide ser
enterrada en Santa Cruz. En 1.557 nos encontramos también
a Catalina García, que pide que le entierren en “la
yglesia de ntra sra de la concepcion” pidiendo que para
ello le acompañen los hermanos y cofradía de la
misericordia de esta ciudad y se de un real a los pobres
de ella (FOTO 4), deja también medio real a las obras de
las iglesias de la ciudad.
Algunos
datos de interés.
Con
esto termina nuestro estudio preliminar sobre los orígenes
de la religiosidad popular gaditana. Desgraciadamente, el
estado de conservación de alguno de los documentos es
bastante precario y nos ha impedido obtener más
información. A modo de resumen podemos ver que, como era
de esperar, en Cádiz nos encontramos con un modelo de
religiosidad popular similar al de otras localidades de
similar población (ya que la población de Cádiz en el
siglo XVI, incluso antes del saqueo, era bastante pequeña
con respecto a otros núcleos de la provincia). Además, se
observa la funcionalidad asistencial de las cofradías en
entierros, de algunas de ellas hemos podido ver como
incluso poseían una capilla donde enterrar a sus hermanos.
Una
devoción que no hemos mencionado al no estar seguros de
que llegara a funcionar como cofradía es la de San Amador,
la cual suele aparecer a menudo dentro de las mandas de
misas de los testadores durante toda la segunda mitad del
siglo XVI, al menos desde 1.557iv.
Mención aparte merece el caso de los “niños de la doctrina
cristiana”, de los cuales hay noticias también desde 1.557v.
Estas instituciones, también llamadas colegios de
doctrinos, son instituciones de asistencia a niños pobres
fundadas en 1.542 en Valladolidvi.
Fue esta forma de piedad propagada especialmente por los
Jesuitas, aunque en el caso de Cádiz vemos que los
doctrinos aparecen en Cádiz al menos en 1.557, antes de la
teórica fundación de los Jesuitas en Cádiz en 1.564vii,
por lo que de nuevo estos datos contradicen lo dicho por
fray Gerónimo de la Concepción. La enseñanza de la
doctrina cristiana consistía en reunir a los niños,
normalmente los domingos, y dirigirlos procesionalmente
hacia una iglesia cantando la doctrina cristiana y
diversas oraciones, ya dentro de la iglesia se les
preguntaba diversas cuestiones relacionadas con la
doctrina a los niños que respondían, con el agrado de
todos los presentes.
Por
último no quisiéramos dejar de comentar un dato que,
aunque relativo al siglo XVII, no deja de ser de interés.
Como sabemos, a fecha de hoy se desconoce el año de
fundación de la cofradía de Humildad y Paciencia. Debido a
que los primeros datos de los agustinos en Cádiz proceden
de finales del siglo XVI, se había incluso aventurado la
posibilidad de que el origen de esta cofradía pudiera ser
anterior a los datos manejados en torno a 1.625-30viii.
Tenemos además el dato de que en 1.622 el maestro pintor
Juan Rodríguez se obliga con la cofradía de Humildad y
Paciencia a policromar la imagen tallada anteriormente por
Francisco de Villegasix,
imagen que no es la actual del portugués Jacinto Pimentel.
Bien, nuestra consulta del libro mayor de protocolo de
dicho convento nos ha dejado el dato de que en 1.621 se
estaba labrando “un tabernáculo dorado para la capilla del
santo cristo de la paciencia”, por lo que, a falta de que
podamos culminar nuestras investigaciones, podemos con
toda probabilidad retrotraer la existencia de dicha
cofradía a este año de 1.621 (desde luego la fundación de
la cofradía debió ser ese año o muy poco antes ya que la
fundación definitiva del convento se produce en noviembre
de 1.617). De todos modos es una investigación que todavía
está abierta y que esperamos que en breve podamos dar por
concluida.
Conclusiones.
Estos son los datos que hemos podido localizar de
hermandades gaditanas en el siglo XVI. A buen seguro que
una búsqueda más profunda de los fondos documentales
pueden ofrecer datos novedosos e interesantes sobre estas
u otras cofradías, espero que este estudio preliminar
sirva de iniciativa a los amantes de la historia local
para investigaciones más profundos que nos aclaren uno de
los períodos más oscuros de la historia local y que nos
debe servir para entender la conformación y evolución de
la religiosidad popular gaditana.
|
1 HOROZCO, Agustín de:
“Historia de la Ciudad de Cádiz”, Cádiz, 1.598, libro 5,
capítulo XI, p. 269.
2 A.H.D.C., Sección
Secretaría, leg. 1 del Despacho, 1.601.
3 HORMIGO SÁNCHEZ, Enrique;
“La Historia”, en Semana Santa en la Diócesis de Cádiz y
Jerez, Cádiz, tomo I, VV. AA., Sevilla, 1.988, pp. 25-27.
4 PICARDO Y GÓMEZ, Álvaro:
“Datos sobre la muy ilustre antigua y venerable cofradía
de la Vera Cruz”, Cádiz, 1.946, p. 9.
5 ALONSO DE LA SIERRA
FERNÁNDEZ, Lorenzo: “El Nazareno de Santa María: cuatro
siglos de arte en Cádiz”, Cádiz, 1.991.
6 IZCO REINA, Manuel: “Muerte
y Religiosidad popular en los testamentos puertorrealeños
(1.680-1.700)”, en Actas de las Jornadas de Historia de
Puerto Real, Puerto Real, 2.002, p. 1.
7 IZCO REINA, Manuel J. y
PARODI ÁLVAREZ, Manuel J.: “Orígenes de la Cofradía
Puertorrealeña de la Vera-Cruz”, en Actas de las Jornadas
de Historia de Puerto Real, Puerto Real, 2.001, p. 1-2.
8 HOROZCO, Agustín de;
“Historia de la Ciudad...”, p.269.
9 Ibidem.
10 Ibidem.
11 Ibidem.
12 Ibidem.
13 Ibidem.
14 Ibidem.
15 Ibidem.
16 Ibidem. Mozo Polo indica
en “Cincuentenario. Cádiz. 4 de Mayo de 1.947-1.997”,
Cádiz, 1.996, p. 208; la fundación de esta cofradía en
1.590 quizás basados en datos de Hipólito Sancho de
Sopranis los cuales no hemos podido consultar.
17 ALONSO DE LA SIERRA
FERNÁNDEZ, Lorenzo: “El Nazareno de Santa María...”, p.15.
En dicho libro se hace referencia al testamento de Juan
Gutiérrez (A.H.P.C., leg. CA5472, f. 492) y en el que se
nombran las cofradías de Vera Cruz, Nazarenos, Rosario,
San Diego y San Lázaro. Sin embargo, una lectura detenida
del testamento nos indica que la testadora se llamaba
realmente Juana Gutiérrez de la Balses y Merodio y no Juan
Gutiérrez, el testamento estaría fechado el 12 de Mayo de
1.594, además en el mencionado párrafo falta la mención a
la cofradía de la Misericordia. Textualmente dice así: "y
mando que me acompañen seys capellanes con velas
encendidas y seys hermandades que son la beracruz y de los
nazarenos y mysericordia y de ntra s del rosario y de san
diego y san lazaro y se pague su limosna". La testadora se
manda enterrar en la iglesia de la Santa Misericordia en
la sepultura de Juan Gutierrez su sobrino.
18 PICARDO Y GÓMEZ, Álvaro;
Datos sobre la muy ilustre..., p. 9. En dicha página se
hace referencia a un documento notarial fechado en 22 de
Julio de 1.569 ante el notario Jerónimo de Valenzuela y
por el cual fray Juan Navarro cede el costado norte del
claustro proyectado (hoy sacristía) para que Vera Cruz
hiciese su capilla.
19 HOROZCO, Agustín de:
“Historia de la Ciudad...”, p.269.
20 Ibidem.
21 Ibidem.
22 Ibidem.
23 Ibidem.
24 Ibidem.
25 A.H.D.C., Sección
Secretaría, leg. 1 del Despacho, 1.601.
26 A.H.P.C.,
leg. CA4360, f. 71.
27 A.H.P.C.,
leg. CA294, f. 437.
28 A.H.P.C.,
leg. CA5468, f. 12.
29 CONCEPCIÓN, fray Gerónimo
de la: “Emporio del Orbe. Cádiz Ilustrada”, Amsterdam,
1.690, libro VIII, capítulo IV, p. 617.
30 Ibidem, libro VII,
capítulo XV, p. 594.
31 A.H.P.C.,
leg. CA3003, f. 239.
32 Así la Vera Cruz de El
Puerto de Santa María es de 1.505, la de Jerez de 1.543 y
la de Puerto Real hemos podido recientemente documentarla
como existente ya en 1.551 (véase el testamento de Martín
Sánchez, A.H.P.C., leg. PR10, s.f., datado en Julio de
1.551) , lo cual convierte a esta corporación en la
cofradía de penitencia de mayor antigüedad documentada de
la diócesis gaditana.
33 A.H.P.C.,
leg. CA3000, f. 398.
34 A.H.P.C.,
leg. CA5465, f. 157.
35 A.H.P.C.,
leg. CA5465. ff. 351-352.
36 A.H.P.C.,
leg. CA2997, f. 733.
37 A.H.P.C.,
leg. CA4345, f. 24. En este testamento Catalina
García deja mandadas misas “de la luz y de san amador”.
38 Ibidem.
39 SANTOLARIA SIERRA, Féix:
“Los colegios de doctrinos o de niños de la doctrina
cristiana. Nuevos datos y fuentes documentales para su
estudio”, en Hispania, Madrid, 1.996, número 192, pp.
267-290.
40 CONCEPCIÓN, fray Gerónimo
de la: “Emporio del Orbe..., libro VIII, capítulo II, p.
610.
41 CAÑIZAR PALACIOS, José
Luis: “Historia de la cofradía de Humildad y Paciencia”,
en Libro de Hermano, VV.AA., Madrid, 2.005, p. 20. En
dicha página se habla de un documento datado en 1.629.
42 HORMIGO SÁNCHEZ, Enrique:
“Vida y obra de Francisco de Villegas. Escultor,
retablista y ensamblador”, Cádiz, 2.002, p. 35. En dicha
página se hace referencia a un documento notarial que
hemos podido verificar su existencia en el Archivo
Histórico Provincial. |
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