Mucho se ha hablado y se ha escrito de este genial
imaginero gaditano del siglo XX; para muchos fue el
mejor escultor contemporáneo, para otros no, pero
lo que sí podemos decir, sin lugar a dudas, es que
fue un imaginero que dejó huella, Ortega Bru marcó
su propio estilo del que dio muestras a lo largo de
toda su carrera, quizás marcado por su azarosa vida
y por su sentir de la misma.
Nace en la localidad gaditana de San Roque el 10 de
septiembre de 1916; hijo de familia humilde, de
padre alfarero, esto facilita el contacto del joven
Ortega Bru con materiales para modelar, con los que
realizas sus primeras creaciones en miniatura. Su
afición por el modelado y el dibujo hace que
ingrese a la edad de quince años en la Escuela de
Artes y Oficios de La Línea de la Concepción.
Sin embargo, sus estudios se vieron truncados a los
dos años por la Guerra Civil española. Esta
contienda marcaría para siempre la vida de Luis
Ortega Bru, ya que perteneció al bando republicano,
con el que participó en diversas partes del
conflicto y colaboró con dibujos de cartas cartográficas.
Con la finalización de la Guerra, Ortega Bru fue
encarcelado y retenido en campos de prisioneros
durante varios años. Al salir de la cárcel fija su
residencia en Sevilla, donde contraerá matrimonio y
realice su primera etapa artística.
Aunque es objeto de este portal, Cádiz
Cofrade, hacer
estudio de la Semana Mayor en Cádiz y su provincia,
no vamos a dejar de resaltar algunas obras del
genial escultor sanroqueño para otras poblaciones,
principalmente en la capital hispalense, debido a la
magnitud e importancia de las mismas.
Así, su primera obra sacra de renombre será el
Santísimo Cristo de la Misericordia para la
Hermandad sevillana del Baratillo en 1950; esta obra
representa a Cristo yacente en los brazos de su
Madre tras ser descendido de la Santa Cruz, aquí
comienza Bru a denotar su preocupación e interés
por el estudio anatómico de sus obras, aunque no es
un Cristo que represente la fuerza y el
hiperrealismo que mostrará en futuras imágenes, ya
que sigue la línea más clásica de los imagineros
barrocos sevillanos.
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Tras ser bendecida esta imagen Ortega Bru firma el
contrato de la que para muchos es su obra cumbre: el
misterio para la Hermandad de Santa Marta. Se fija
la fecha para la realización de todo el misterio
entre el primero de julio de 1951 y el 30 de marzo
de 1953. ¿Y qué decir del misterio resultante?
Quizás el mejor misterio creado en Sevilla en el
siglo XX. La escena del traslado de Jesucristo al
Sepulcro queda resuelta de la siguiente manera:
Cristo es llevado por los Santos Varones en su
sudario, a su derecha María Magdalena, a la
izquierda María Cleofás, justo detrás María
Salomé y Santa Marta (imagen que previamente había
tallado Sebastián Santos Rojas en 1950 y que hubo
de ser aceptada en el misterio por Bru) y cerrando
la comitiva fúnebre la Virgen de las Penas y a su
lado San Juan.
El magnífico Cristo de la Caridad en su Traslado al
Sepulcro muestra a Jesús yacente, con un magnífico
estudio de la anatomía, mostrando el cuerpo del
yacente los brazos petrificados tras haber sido
clavados en el madero el derecho caído y el
izquierdo extendido sobre su cuerpo, y la cabeza
ladeada.
Los Santos Varones muestran ya la fuerza que Bru
quería imprimir en sus imágenes, el rostro dolido
de Nicodemo y la fuerza en las barbas de José de
Arimatea son esquemas bases que se repetirán en
muchas imágenes secundarias.
Sin embargo, al ya comentado lunar de la incorporación
de Santa Marta al misterio encontramos que la Virgen
no fue del agrado de la Junta de Gobierno de dicha
Hermandad, ya que al no ajustarse a los cánones
tradicionales de Dolorosa andaluza, al ser de
facciones recias y más castellanas, fue rechazada y
encargada una nueva a Sebastián Santos Rojas, que
desde luego es una excepcional talla, no lo negamos,
pero ninguna de las dos imágenes (Santa Marta y la
Virgen de las Penas) quedan en sintonía con el
grupo escultórico que creó e imaginó Luis Ortega
Bru.
Parece que el hecho de que su Virgen fuese
sustituida no sentó bien al escultor sanroqueño y
según cuenta ese fue el motivo que le llevó a
mudarse a Madrid. Parece que este hecho ha entrado
en esas leyendas que recoge la Semana Mayor
andaluza, pero, si bien es cierto que Bru se sintió
molesto, el hecho que le llevó a Madrid fue el
aceptar un puesto de trabajo en la capital de España.
No obstante, la producción cofradiera de Ortega Bru
siguió creciendo y encontramos sus primeras obras
para Cádiz y su provincia. Así, en 1954 realiza
para La Línea de la Concepción las tallas que
conforman el grupo escultórico de la Piedad, con la
Virgen de advocada de las Angustias y el Santísimo
Cristo de las Almas, imagen de Cristo que presenta
la originalidad de situar a Cristo en los brazos de
su madre en posición invertida a la que
habitualmente se representa, mostrando el Yacente la
herida en el costado en la parte izquierda.
Asimismo, talla para La Línea la imagen de su
Patrona, la Inmaculada Concepción. En este mismo año,
Ortega Bru entrega a la Cofradía de la Humildad y
Paciencia de Cádiz los Evangelistas que figuran en
las esquinas del paso de su Titular.
En 1955 realiza otra talla de la Inmaculada Concepción,
de nuevo para La Línea, para el techo de palio de
María Santísima de la Amargura de la Hermandad de
la Misericordia. Y otra nueva Inmaculada para la
Iglesia de San pío de esta localidad. Para la pedanía
de Campamento hace las imágenes de un Crucificado,
María Inmaculada y Santa Filomena. De nuevo trabaja
para La Línea en 1956 para la Hermandad del Cristo
del Amor a la que le hace la imagen de Nuestra Señora
de la Esperanza.
En 1957, recibe su primer encargo de la localidad
gaditana de Jerez de la Frontera, esculpiendo el
misterio completo del Descendimiento de Cristo de la
Cruz para la Hermandad de la Soledad; para esta
Hermandad realizará después las casrtélas de su
paso de misterio en 1959. De este misterio podemos
destacar la niñez de la Dolorosa y San Juan, y a
los Santos Varones, que Bru realizó de talla
completa.
Realizó también para Jerez el misterio de Jesús
Resucitado en 1958, pero al no existir acuerdo no
fue entregado, y no ha sido hasta 1989 cuando esta
Hermandad ha encargado Titular al imaginero gaditano
Luis González Rey.
En el año 1959 realizó la imagen de María
Milagrosa para la Parroquia de San Lorenzo Mártir
de Cádiz, y dos Crucificados uno para San Fernando
y otro para Chiclana.
Años más tarde (1967), recibe el encargo de hacer
para Rota el Nazareno de la Salud donde ya podemos
ver detalles de fuerza y brusquedad que van a
caracterizar la etapa final de este escultor. Ese
mismo año comienza para Jerez el misterio de la
Santa Cena, con la talla del Cristo, imagen dulce
que choca con la dureza que imprime a algunos Apóstoles
de dicho misterio; decir que no completa toda la
escena, ya que sólo entrega siete Apóstoles, sin
embargo podemos comentar aquí que los sobrinos de
Bru, los hermanos Ortega Alonso, concluirán este
trabajo entre 2002 y 2003. En el año que termina
las entregas, 1969, realiza para esta localidad
gaditana cuatro ángeles para el paso de la Virgen
de las Angustias.
Ese año hace para la Hermandad de lo Dolores de San
José del Valle la imagen de la Dolorosa titular.
Para San Roque, su localidad natal, entrega en 1969
un Crucificado de tamaño académico y una imagen de
la Virgen de Fátima.
El Puerto de Santa María también puede disfrutar
la obra de este genial autor con el Ángel
confortador de la Oración en el Huerto, tallado en
1972, que se venera en la Iglesia Prioral de esta
localidad. Para esta Hermandad entregará en 1974 la
imagen de l Apóstol Santiago, de talla completa. De
nuevo para El Puerto, talla a la Virgen del Rosario
en sus Misterios Dolorosos para la Hermandad de los
Afligidos.
Y tenemos que volver a hablar de una imagen suya que
realiza en 1975 para Sevilla y es la de Nuestro
Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás,
Hermandad de San Gonzalo, imagen que muestra las dos
visiones de Bru, la dulzura y mansedumbre de Cristo
frente a la fuerza y desgarro de Caifás, de
poderosas barbas y recias facciones. Para esta
Hermandad hará también la que quizás fue su mejor
Dolorosa, la Virgen de la Salud y un San Juan. En
ese año también comienza para la capital
hispalense el misterio de la Santa Cena que culminará
en 1982.
En 1979 realiza para la Cofradía del Nazareno del
Amor de Cádiz varias tallas de Profetas en pequeño
formato para el paso de misterio del Titular de esta
Corporación. Y será en 1981 cuando por fin realice
la imagen de un Titular para la capital gaditana, el
Santísimo Cristo del Perdón, imagen de Jesús en
la Cruz en el momento que perdona al buen ladrón,
Dimas, frente a la indiferencia de Gestas; para este
misterio solo pudo entregar en 1982 las tallas de la
Virgen del Calvario y la de San Juan Evangelista
(muy en la línea esta última de la que realiza
para la Hermandad de San Gonzalo de Sevilla), con lo
que no pudo completar este misterio con las imágenes
de los dos ladrones y María Magdalena por su
fallecimiento.
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En 1982
entrega para la Vera-Cruz de San Fernando una serie
de Profetas para el paso de misterio de esa
Hermandad isleña. Y en este mismo año talla la
imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el
Desprecio de Herodes, que en un principio fue
venerado en Cádiz, y que por diversas y fatídicas
circunstancias, se encuentra actualmente al culto en
Córdoba en el seno de la Hermandad del Amor. Cristo
maniatado, muestra un rostro manso y despreciado, en
el que el autor buscó repetir el esquema de San
Gonzalo, frente a Herodes y a un sayón, que sólo
quedaron en un boceto, fuertes y mostrando toda la
dureza que Bru podía imprimirles.
El 21 de noviembre de 1982 fallece en su casa de
Sevilla Luis Ortega Bru, dejando tras sí el rastro
que sólo los genios pueden dejar, un legado que hoy
podemos contemplar en nuestras Hermandades y Cofradías,
pero llevándose consigo un estilo propio e
intransferible, que aunque algunos dicen seguir,
murió con él.
Ignacio Robles Urbano
BIBLIOGRAFÍA:
· ORTEGA BRU. Benito Rodríguez Gatíus. Ed.
Guadalquivir. Sevilla, 1995.